La fuerte tormenta caída ayer a mediodía, en la que se registraron más de ocho litros por metro cuadrado en apenas quince minutos, provocó que la carretera de Villarramiel quedara parcialmente anegada, como se puede comprobar en la imagen que ilustra esta información, a la altura de la intersección con la calle de El Candil. El tremendo aguacero sorprendió a los riosecanos minutos antes de las tres de la tarde, que vieron como las nubes descargaban con fuerza 8,3 l/m2, según algunas fuentes consultadas por lavozderioseco.com. A pesar de que algunos bajos y garajes se inundaron y que algunas arquetas no soportaron la fuerza del agua, no hubo que lamentar ningún daño de interés. Incluso los bomberos del parque riosecano no recibieron ninguna llamada de alerta, por lo que concluyeron que la tormenta no revistió gravedad.
La tromba de agua fue más persistente en la capital y las consecuencias mucho mayores. De hecho, más de 18.000 abonados de Iberdrola sufrieron cortes eléctricos durante algunas horas de la tarde. El auténtico diluvio colapsó la capital entre las 14 y las 15.30 horas. Incluso en algunas aceras se agolpaba el granizo, en una estampa más propia de la Navidad que de finales de mayo. El Servicio de Emergencias de Castilla y León 112 gestionó más de 160 avisos por tormentas, inundaciones y filtraciones, que afectaron especialmente los barrios de Delicias y La Rondilla, así como el centro urbano.
Las previsiones meteorológicas apuntan a que, aunque hoy pudiera caer algún chubasco, el tiempo parece estabilizarse e incluso en los próximos días brillará el sol y se disfrutará de temperaturas primaverales.