Una placa conmemorativa ubicada en el corro de Santa María recuerda a los cofrades de la archicofradía de la Quinta Angustia de la que surgieron las actuales hermandades de la Crucifixión, Descendimiento, Sepulcro y Soledad. Representantes de las cuatro penitenciales y sus mayordomos descubrieron esta placa en la que reza In memoriam: a todos aquellos que desde la Penitencial de la Quinta Angustia alumbraron nuestros caminos.
El recuerdo se ha colocado en un edificio del corro de Santa María, donde siglos atrás estuvo ubicado el hospital y la capilla de esta archicofradía que, junto a la Vera Cruz y la Pasión, fueron el germen de la Semana Santa riosecana. Asimismo, bajo las medallas actuales de las cuatro cofradías, cada Viernes Santo se encenderá una vela en recuerdo a todos los antecesores.
El descubrimiento de la placa cerró un encuentro entre las cuatro cofradías, enmarcado dentro del programa del 350 aniversario de la hermandad del Descendimiento, que contó una interesante conferencia del profesor de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid, el riosecano Ramón Pérez de Castro, quien habló sobre el origen y la evolución de la Cofradía de la Quinta Angustia y Soledad.
Pérez de Castro, introducido por el director del museo de San Francisco, Miguel García Marbán, recordó que la Penitencial surge el 1 de mayo de 1576 en la iglesia de Santa María, concretamente en la capilla del Cristo, ubicada a los pies de la torre. El historiador relató cómo el paso del Santo Sepulcro estaba compuesto por varias tallas que le hacían un conjunto monumental, o cómo la cofradía estaba dividida en varios mayordomos cada uno con unas competencias muy concretas, entre otros muchos datos históricos y curiosos.
En definitiva, una conferencia en la que cofrades del Longinos, Escalera, Sepulcro y Soledad conocieron más a fondo sus orígenes y la razón de ser de esta agrupación.