Esta vez la fechoría no les va a salir gratis. Un grupo de una docena de menores de entre 12 y 15 años ha causado importantes daños en la zona del embarcadero de la dársena del Canal de Castilla y en el propio barco Antonio de Ulloa. Los hechos se produjeron el pasado fin de semana cuando los adolescentes rompieron al menos tres farolas e intentaron desamarrar la embarcación, causando desperfectos en las baterías eléctricas de la nave turística.
Lo que no tuvieron en cuenta los vándalos es que estaban siendo grabados por las cámaras de vigilancia de seguridad del centro de recepción de viajeros del Canal de Castilla, gestionado por la Diputación provincial. Las cintas ya han sido puestas a disposición de la Guardia Civil quien ha abierto investigación y procederá a identificar a los menores, quienes han causado daños por valor de 6.000 euros, según ha detallado el responsable del centro, José Miguel Román.
Román, quien, además de mostrar su indignación por lo ocurrido, se ha felicitado al menos de que no ha habido que lamentar desgracias personales. «Ha habido suerte, ya que el cable en cuestión reúne todas las medidas de seguridad pues de lo contrario al caer al agua podría haber provocado la electrocución de alguna persona», ha explicado Román, quien ha apuntado que la acción de los vándalos ha provocado numerosos daños, ya que será preciso reponer totalmente las farolas afectadas y reparar las baterías de la embarcación.
Ante lo ocurrido, el barco turístico no ha podido este jueves realizar su habitual trayecto hasta la séptima exclusa, un recorrido total de 14 kilómetros y dos horas y medio de duración, si bien se espera que, una vez realizados los trabajos de reparación, el ‘Antonio de Ulloa’ recupere ya este viernes su programación y vuelva a estar plenamente operativo.
Daños también en los cristales de las fábrica de Harinas
Pero además, y a falta de demostrar si la autoría es la misma, el Ayuntamiento de Medina de Rioseco ha denunciado también ante la Guardia Civil los daños que autores desconocidos han producido en cristales de la fábrica de harinas San Antonio, situada en el entorno del paseo del Canal, de propiedad municipal y declarada Bien de Interés Cultural (BIC). A este respecto, el propio alcalde de la villa, Artemio Domínguez, en declaraciones a Europa Press, ha expresado su malestar por lo ocurrido y su confianza en que las pesquisas de la Benemérita den con los autores de los daños.