Una Semana Santa como la de 2017, en la que el buen tiempo fue la nota predominante, no se merecía una despedida –con el traslado de los pasos al Museo- que no fuera acorde a la climatología disfrutada durante la más santa de las semanas del año en Rioseco.
Como es habitual desde hace algún tiempo, el domingo posterior al de Resurrección es la fecha elegida para que las cofradías trasladen sus pasos desde las iglesias de Santiago y Santa María, donde han permanecido los últimos quince días, hasta el Museo de Semana Santa en la iglesia de Santa Cruz, donde reposarán ya el resto del año, en espera de una nueva Pasión.
A las diez de la mañana, misa de difuntos de las diferentes hermandades del Viernes Santo que hacen su procesión desde la parroquia de Santa María. Una vez finalizada la eucaristía los pasos del Cristo de los Afligidos, Cristo de la Paz, Piedad, Santo Sepulcro y Soledad han abandonado la iglesia para dirigirse hasta el Museo. Última oportunidad de los cofrades para sentir sobre sus hombros el peso de una tradición centenaria en Rioseco.
A las 11 de la mañana se ha recordado a los difuntos de las Cofradías de la procesión del Jueves Santo: Oración en el Huerto, Flagelación, Jesús Atado a la Columna, Ecce Homo, Nazareno de Santiago y la Santa Verónica, Nazareno de Santa Cruz, La Desnudez, Cristo de la Pasión y Dolorosa. Los diez pasos han quedado depositados, además de la Virgen de la Alegría y del Resucitado, en el Museo de Semana Santa. Esta es la crónica gráfica de lo que ha dado esta alegre y calurosa mañana dominical y festiva del traslado de los Pasos.