[popup url=»https://www.lavozderioseco.com/wp-content/uploads/2017/01/demo/player17014.html»]
[/popup]
El presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero, cumplió este sábado con el cometido de pregonar la Semana Santa de Rioseco 2017, “una emoción que ha encharcado mi ser”. Lo hizo recurriendo a las manos que “mueven el paso de la vida”. “Ellas pueden hacer daño como hace la guía de lanza del Longinos, pero ellas también sostienen el paño que alivia nuestro sufrimiento, como el que presta Verónica a Jesús en su vía crucis”.
“Esas manos hospitalarias del mayordomo al recibir a los cofrades en el refresco son las mismas manos delicadas con las que éstos se ayudan unos a otros en el momento reverencial de ponerse la túnica. Y esas manos precisas tallando a los portadores son idénticas a las que aquí, ¡y de qué manera! amasan el pan nuestro de cada día en los diferentes obradores de la ciudad”, prosiguió, antes de asegurar que «ser cristiano es un privilegio» y cantar las excelencias de Rioseco invitando a los foráneos a que «vengan y descubran por qué se llora de alegría»
Jesús Julio Carnero, fue recibido por autoridades y por el presidente de la Junta de Cofradías, Julio de las Heras, en el Casino Círculo de Recreo. Junto a la Banda del Santo Cristo de la Clemencia, pardal y tapetanes, y Varas Mayores de las 17 cofradías riosecanas, se inició un desfile hasta la iglesia de Santa María. Con los sones de la Marcha Fúnebre del General O’Donell, más conocida en Rioseco como La Lágrima, comenzó el solemne acto del pregón, que introdujo la proclama y el propio presidente de la Junta de Cofradías, Julio de las Heras, quien explicó los méritos del pregonero para ocupar este destacado atril.
Carnero quiso que fuera el paso de La Flagelación, que desfila en segundo lugar el Jueves Santo, quien presidiera su pregón. Por dos motivos: “por eterna gratitud”, pues Carnero es hermano de honor de esta cofradía; pero también porque en este paso por vez primera aparece “la evidencia del dolor, la expresión visible de la pasión. Ya no hay vuelta atrás. El castigo físico comienza. (…) Y Jesús ahí tiene el corazón arrancado. Él aquí ya sabe que su madre pronto va a ser Madre Dolorosa”, aseguró.
Comenzó Jesús Julio Carnero su alocución fijándose en las manos de los niños tapetanes, que “serán las mismas del hombre del mañana que dé el golpe rotundo sobre el tablero para cargar el paso, para cargar con la vida”. El pregonero 2017 hizo un recorrido por su infancia y su juventud, muy ligado a Rioseco. Fue cuando tuvo su “primer encuentro con la muerte”. “Todo se derrumbó con 14 años”, cuando el padre de aquel joven llamado Jesús Julio murió y las dudas asaltaron al adolescente.
“Yo buscaba en la Semana santa riosecana y en todas las Semanas Santas, por todos los rincones, a San José. Buscaba y buscaba, sin encontrar al padre carpintero de Jesús. Me parecía paradójico por increíble, por incomprensible, que el hijo de un carpintero que se dice Rey pudiera acabar muriendo en un madero de olivo en forma de cruz”, recordaba emocionado el pregonero, quien está casado con una palentina, hija de un riosecano, “nacido en esta misma calle de Santa María que nos acoge”. «Tras su larga y dura enfermedad, mi suegro me enseñó que la entereza es la elegancia del alma».
Carnero realizó un repaso por la Pasión de Cristo apoyándose en las imágenes que desfilan en la Semana Santa riosecana: “una voz al aire libre, verdadera y profunda catequesis para todo aquel que quiere mirar desde el interior”. Los símiles, las citas literarias y las comparaciones se hicieron presentes en el texto del pregonero, que vio en los retablos de Santa María y Santiago “la verdadera red social de nuestros antepasados”. “Este de Santa María nos ha empezado mandar mensajes sobre la vida de nuestra madre la Virgen de María. ‘Seguimos’ a Becerra, Juan de Juni, Mateo Enríquez, Pedro de Oña o Esteban Jordán y ellos ‘nos siguen’. La Asunción de María se convierte en ‘tendencia’”, argumentó el presidente de la Diputación provincial.
Para este hermano de Honor de La Flagelación, uno de los momentos “notables y definidores” de la Semana Santa de esta ciudad es el desfile de gremios, que “hace que Rioseco se llene de luz, color y algarabía en ese desfile cuyos protagonistas son los hermanos que van a tener el honor de cargar los pasos”. No se olvidó tampoco del “prodigio” ocurrido Cada Viernes Santo en la salida de los Pasos Grandes. “Y otra vez las manos. Otra vez las manos de los riosecanos perpetrando el milagro de que El Longinos y La Escalera estén en las calles de Rioseco”, dijo con voz potente.
Y prosiguió con su galería de metáforas. “La Capilla es el vientre de la ciudad que año tras año alumbra el instante de Jesús muriéndose, pero también de Jesús yendo ya hacia la Resurrección”. Antes de finalizar su pregón Carnero quiso viajar a Roma, “la ciudad eterna” para comparar el Cristo Resucitado de Miguel Ángel con la capilla de los Benavente, “una de las mejores jotas del renacimiento español”. “Miguel Ángel, allí en Roma, y los Corral de Villalpando y Juan de Juni aquí, en Rioseco, nos enseñan a través de sus manos que el arte puede ser expresión comprensiva de los misterios de la vida”.
“Las manos de Jesús han quedado extendidas sobre todos nosotros. Sus manos nos protegen, son como un techo que nos protege, y esta es la razón permanente de la alegría cristiana, como nos dice Ratzinger. Por ello, el toque del Pardal no es luto desgarrado, sino sobrecogimiento, enderezo y llamada a la claridad desde la Cruz en esta tarde ya de primavera riosecana”, concluyó Jesús Julio Carnero, antes de que el público que abarrotó la iglesia de Santa María rompiera en un sonoro aplauso.