Un pie en el infierno


Luis Ángel Lobato

Un interesante western a medio camino entre el clasicismo del género (la forma fílmica de esta película) y su etapa crepuscular (los caracteres de varios de sus personajes) realizado por James B. Clark, especialista en la dirección de algunos capítulos de famosas series televisivas de los años sesenta del S. XX como “Daniel Boone” o “Jim West”.

Tras un memorable comienzo, la posterior historia de la venganza, en mi opinión, se hace poco creíble y, quizás, hasta disparatada. Pero, sin duda, el halo de ciega pasión amorosa –aunque poco enunciada– que envuelve al protagonista –un eficaz como casi siempre Alan Ladd– y que lo impulsa hacia la autodestrucción, hace que el film no sea desdeñable.

Los personajes se mueven ya en la ambigüedad psicológica del western crepuscular, aunque los rasgos violentos y subversivos aún no sean nada explícitos. Hay que esperar para ello a la plenitud de Sam Peckinpah, de Artthur Penn, de Richard Brooks… con sus seres inadaptados que se rebelan con esa violencia aludida ante un mundo que va cambiando y que no logran aceptar. En la película que aquí nos ocupa nada de esto sucede todavía y, por otra parte, su factura estilística es totalmente clásica.

Un western, pues, que con una dirección con más brío, con un guion más solvente, y remarcando el arrebato -o la locura amorosa- de romanticismo en el personaje central, hubiese sido una obra importante.

Sugestivo western a descubrir.

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