Las obras en el interior de la iglesia de Santiago para preparar las Edades del Hombre ya han comenzado. El retablo mayor y los otros dos altares laterales están siendo restaurados por técnicos de la propia Fundación de Las Edades del Hombre. Mientras, el interior del templo poco a poco va cambiando su fisonomía para acoger una de las muestras más importantes de España.
De hecho de las bóvedas ya cuelgan, mediante cables de acero, unas estructuras donde, probablemente, vaya instalada la iluminación. En la tarima y en el resto de suelo enlosado unas marcas de cinta adhesiva indican donde irán colocados los distintos paneles que dividirán los espacios y permitirán una musealización de la temática de Passio. Además, la gran lámpara de la sacristía ya ha sido desmontada.
Ayer, los miembros de la recién creada cofradía de El Cristo de la Clemencia, trasladaron su imagen titular, el bello crucificado de finales del siglo XVI firmado por Pedro de Bolduque, desde su ubicación habitual altar en la sacristía de Santiago hasta la iglesia-museo de San Francisco, de donde partirá su procesión el próximo Martes Santo. Esta era una de las últimas piezas que faltaba por desalojar del edificio, después de que hace algo más de un mes bancos, confesionarios, cajoneras y otros objetos litúrgicos abandonaran el templo para dejar paso a la exposición.
El Cristo fue trasladado con su cruz original, mientras que la estructura nueva fue llevada hasta la carpintería de Moras. Por su parte, el tablero nuevo realizado por los ebanistas riosecanos Juan Carlos Salán y Jesús Cano y el carpintero José Agustín Moras, permanece guardado en un almacén hasta la próxima Semana Santa, donde por segundo año saldrá en procesión acompañado por su cofradía titular, aunque esta vez no desde Santiago sino desde San Francisco.