Doña Teresa Enríquez de Alvarado (Medina de Rioseco, Valladolid. c. 1450- 4 de marzo de 1529, Torrijos. Toledo) fue una dama de la nobleza castellana, famosa por su religiosidad y su dedicación a las obras de caridad. Hija del Almirante de Castilla y señor de Medina de Rioseco, Alonso II Enríquez, (descendiente directo del Rey Alfonso XI y hermano de Juana, Reina de Aragón) y de María Alvarado y Villagrán, que murió al poco de nacer Teresa.
Era prima del Rey Fernando el Católico, tía de San Francisco de Borja y de San Juan de Ribera. Nació hacia 1450 y fue criada por su abuela paterna, Teresa de Quiñones, en el monasterio franciscano de Valdescopezo, situado en las afueras de la villa. Allí pasó Doña Teresa sus primeros años, adquiriendo la vocación de sus abuelos en cuanto a la práctica de la caridad, de hecho en esta población fueron ellos los que fundaron el Hospital y el Convento Franciscano.
Llevó una vida muy austera, resaltada por sus coetáneos. En su ciudad natal pervive la leyenda de que en una ocasión, su abuela, Teresa de Quiñones, decidió participar junto a su nieta Teresa en la procesión del Jueves Santo, que organizaba la Cofradía de la Vera Cruz. Los lugareños de Medina de Rioseco, al ver a dos damas tan distinguidas en el séquito procesional, una mujer mayor y una niña de bellas facciones, hicieron correr la voz de que ese año habían participado en la procesión la mismísima Virgen María, acompañada de su madre Santa Ana. [Así lo contó Ángel Gallego Rubio en su sección Leyendas y Curiosidades]
De entre los lugares donde vivió podemos destacar dos: El palacio que estaba situado en la Plaza de España de Torrijos (desaparecido). Este era un palacio muy grande. La portada principal, inspirada en la portada de San Juan de los Reyes, se encuentra en una finca de Santa Cruz del Retamar y el Palacio de la Cava Toledo. Se encuentra en la bajada de la cuesta de San Juan de los Reyes.
Muy devota del Santísimo Sacramento, se dedicó a su exaltación durante los años de retiro en Torrijos una vez fallecido su marido Gutierre de Cárdenas en 1503, señor de Maqueda y Torrijos y Comendador mayor de León, para dar buena cuenta de todos sus bienes, repartiéndolos en múltiples obras de caridad, dándose ella misma, en primer lugar, desprendida de todo lujo, vistiendo y viviendo como pobre, con un hábito de paño basto negro.
A ella se debe la fundación de la Hermandad del Santísimo Sacramento de Torrijos, la cual fue la primera de las de España. También se le debe la construcción de la Colegiata de Torrijos en honor del Santísimo Sacramento, así como la fundación del convento de la Concepción, tanto en Torrijos como en otras poblaciones. Debe destacarse la labor humanitaria que realizó, junto a Isabel la Católica en la Guerra de la conquista de Granada, donde trabajó como enfermera en el Hospital de la Sangre de Santa Fe, instalado por la reina donde se encargaba de atender a los heridos, ayudándoles a soportar los dolores y atendiéndoles en todo momento.
Allí acudía solícita, sin melindre alguno, para cubrir todos los servicios, incluso los más repulsivos, cuidando y curando a los soldados, llevándoles ropas, vendas y alimentos. Tal vez por esta circunstancia Teresa Enríquez se interesó tanto en toda su vida por los enfermos y necesitados. Nunca dejó a nadie sin darle alimento, y era proverbial su generosidad para los necesitados, pues todos los días ella misma atendía a los pobres, dándoles de comer, por lo que a Torrijos acudían gentes de todas partes para obtener una limosna, trabajo o comida.
Teresa fundó dos hospitales, dotó largamente a chicas que se daban a la mala vida para que se casaran dignamente, y también a huérfanas en peligro. En años de sequía y malas cosechas, a todos los labradores que quisieran, ella les repartía tierras que tenía para pastos y que había ordenado roturar. También daba simiente y hasta yuntas de bueyes a los que no los tenían. Todo ello a cambio de alguna renta nada gravosa para ellos, y muy beneficiosa para otros muchos pobres a los que Teresa socorría.
Enterada del heroísmo de caridad del sacerdote sevillano Fernando de Contreras, le llamó a Torrijos para que se pusiera al frente de un Colegio para huérfanos, que ella fundó, a los que vestía y alimentaba y atendía ella misma, dirigidos por este sacerdote, veinte años más joven que ella, que fue su gran consejero y colaborador en los últimos años de su vida. Aquí fundó las célebres Cofradías del Santísimo Sacramento, que se extendieron, gracias a su celo, por toda Europa y hasta por América.
Fundó numerosos conventos en diferentes poblaciones de España, así como la construcción de una capilla en san Lorenzo y Dámaso en Roma. Además de encargar la realización de este tipo obras, se preocupó por la enseñanza de los niños, instituyó lo que se llamaba “los clerizones”, niños cantores, que además recibían instrucción y educación.
Tras una serie de avatares y por su parentesco real consigue del Papa Julio II ,una bula Pastoris Aeternis expedida en Roma el 21 de Agosto de 1508, por la cual le otorgaba poderes para fundar cofradías sacramentales bajo su patrocinio otorgando todo tipo de indultos, por todo el reino de España. Curiosamente fue el Papa Julio II quien le puso el apodo de la Loca del Sacramento, por lo absolutamente volcada en fomentar dicho culto.
Doña Teresa Enríquez llegó a Sevilla dentro del sequito de su primo el Rey Católico Fernando, que por entonces venía con su segunda esposa Germana de Foix (su primera esposa Isabel había fallecido). Así, aparece como fundadora y primera hermana de las hermandades sacramentales más antiguas de Sevilla como las Sacramentales de San Salvador, San Lorenzo, la Sagrario o San Isidoro, estamos hablando de la mitad del siglo XVI y primeros años del siglo XVII.
Junto con su esposo erigieron en la catedral de Toledo la capilla de la Virgen de la Antigua, en la que se puede ver el retablo en el que figuran las imágenes de este matrimonio, así como las de sus hijos. Teresa Enríquez murió a muy avanzada edad, ya que su fallecimiento tuvo lugar el 4 de marzo de 1529, siendo enterrada junto a su marido en el convento franciscano, ya desaparecido, y posteriormente trasladado a la colegiata.
El cuerpo incorrupto de Doña Teresa reposa en el Convento de Religiosas de la Concepción Franciscana, de Torrijos que había edificado ella misma. (Con posterioridad este convento fue demolido y construido otro de nueva planta donde se encuentra en la actualidad). Doña Teresa Enríquez otorgó testamento el 30 de marzo de 1528, ante Don Diego Pérez de Lequetro, escribano público de Torrijos y lo entregó al R.P. Fr. Franciscano de la Parra, Provincial de la Orden de San Agustín, y merece destacarse la cláusula 14 de dicho Testamento.
«Que todas las tapicerías sedas, brocados, ornamentos, oro plata y otras cosas que al tiempo de mi fallecimiento se hallasen estar y estén en la Iglesia del SS. Sacramento de esta Villa, y en los Monasterios de Santa María de Jesús, y de la concepción de Torrijos, y en los hospitales de ella: aquello que era mío, declaro que todo ello yo lo tengo dado y doy a dicha Iglesia Colegial, Monasterios, y Hospitales, para servicio del culto Divino de los dichos lugares píos y religiosos». Y muy especialmente la cláusula 44 y última: «Dejo por universal heredero a la dicha Iglesia Colegial, para que pagadas las deudas y ajustado todo, todos mis bienes y herencia sean empleados y convertidos en las cosas de la veneración del Santísimo Sacramento en esta manera».
Su causa de beatificación y canonización se inició en Toledo en el año 2001 y se clausuró el proceso diocesano en Torrijos el 30 de noviembre de 2002. Unos meses después los cardenales reunidos en congreso, aprobaron el proceso diocesano. Con este nuevo y positivo paso ya se puede continuar trabajando en la redacción de la Positio, a cuya aprobación seguiría la declaración de virtudes heroicas y el título de Venerable. En Torrijos (Toledo) existen una calle y un centro de enseñanza con su nombre.
Para los seguidores de la serie de TVE Isabel , Gutierre de Cárdenas es interpretado por el actor catalán Pere Ponce. Como hemos podido ver y en un fiel reflejo de la realidad histórica, Cárdenas fue un fiel y leal servidor, primero de la princesa y posteriormente de los Reyes Católicos. Estando presente como diplomático en los principales hechos históricos del reinado, como ejemplo y por mandato de la reina fue el primero en tomar posesión de la Alhambra después de conquistada Granada.