No ha podido ser peor el final de año que está realizando el conjunto de Juan Carlos Garrido, ya que, a la derrota en casa de la semana anterior ante el CD Victoria, hay que sumarle el nuevo e inesperado traspiés, nuevamente como local, ante el CD Navega. Estas dos derrotas, alejan a los albinegros de las posiciones privilegiadas de la tabla.
El partido se disputó el sábado a las cuatro de la tarde, bajo un frío helador que provocó una escasa afluencia de público al municipal. Pese a al gélido ambiente, el equipo local, enrabietado tras el palo de la semana anterior, salió al terreno de juego dominante, y, fruto de ello, se fueron sucediendo las primeras ocasiones, especialmente por la banda izquierda, ocupada, en esta ocasión, por Paco, que desbordada una y otra vez a su marcador, sin embargo, sus centros no fueron aprovechados por los delanteros riosecanos. La ocasión más clara estuvo en las botas de Rafa, cuyo remate tras el centro de Paco desde la banda, fue desviado por el portero local a córner.
El gol no llegaba, y la escuadra salmantina fue desperezándose del dominio local y comenzó a llegar con peligro al arco riosecano, obligando a Reguera a lucirse en un par de ocasiones.
La segunda mitad comenzó con los mejores minutos de juego local, fruto de ello, tras un pase entre líneas de Adolfo, Paco fue derribado en el área por el portero, el árbitro decretó la pena máxima. David fue el encargado de ejecutar el penalti, pero su lanzamiento se estrelló en la madera. Sin embargo, el Rioseco siguió dominando y, poco después, tras una gran jugada de Mario por la banda derecha, Paco remata a gol el buen servicio de su compañero.
Ahí murió el Rioseco. Los albinegros desconectaron por completo del partido, máxime cuando a los 5 minutos, tras una jugada por la banda derecha, el delantero visitante batía a Reguera de un buen remate desde dentro del área. Se mascaba la derrota….
El equipo salamantino tomó las riendas del partido, llegando en oleadas al área local, aprovechándose del descontrol táctico de los albinegros que apenas inquietaron la portería visitante. Así, en el minuto 90, tras una serie de rechaces en el área, Guindi, realizó un claro penalti sobre el delantero local, qué, además supuso su expulsión. Amós no perdonó desde la línea de castigo. La derrota se confirmaba…
Estos dos últimos resultados negativos empañan la gran temporada que está realizando el nuevo y reestructurado equipo de Garrido. Esperemos que el parón navideño sea un punto de inflexión para el equipo y retome la buena línea de resultados de jornadas anteriores.