Nada tiene un sabor tan especial y auténtico como las tradiciones más populares. Tradiciones que se pierden en la memoria de los tiempos como la celebración de la festividad de San Roque, que un año más su cofradía llevó a cabo ayer, 16 de agosto.
A media tarde, el estallido de los cohetes anunciaba el inicio de la celebración cuando los más de 30 hermanos, que componen esta centenaria cofradía, acompañaron al mayordomo de este año, José Antonio Pérez Antolín, desde su casa hasta la iglesia de Santiago, en la que tuvo lugar la misa, que fue oficiada por el sacerdote de la parroquia Juan Carlos Fraile
Tras la celebración religiosa, en la que se llevó a cabo la bendición de los populares periquitos, el estruendo de los cohetes volvió a sonar para acompañar la procesión que recorrió las calles de Los Lienzos, plaza Mayor, San Buenaventura, Antonio Martínez y La Doctrina, antes de volver a la iglesia de Santiago.
Este año la procesión estuvo marcada por la restauración de la talla del santo titular que ha recobrado su aspecto original gracias a la cofradía y a la Asociación para la Restauración y Conservación de los Templos. La empresa salmantina Uffizi ha sido la encargada de llevar a cabo las labores de restauración que se han centrado en la consolidación de la talla y en la recuperación de las policromías originales de esta bella escultura del siglo XVII que se ubica en su retablo de la iglesia de Santiago, en el lado del Evangelio, junto a la puerta de la sacristía.
Como es costumbre, el mayordomo, que portó la vara de la cofradía, obsequió tras la procesión con un refresco a los cofrades en el Hotel Vittoria Colonna. Pérez Antolín mostró su alegría por ser mayordomo de una cofradía a la que pertenece desde hace más de 30 años. El joven mayordomo señaló su pertenencia a la hermandad por tradición familiar al ser también cofrade su padre y alguno de sus hermanos. De hecho, su entrada a la cofradía llegó cuando con seis años el día de San Roque, tras la procesión, los hermanos le invitaron a entrar al refresco, según él mismo recordó. Para el presidente de la cofradía, Roque Contreras, la celebración de ayer fue también muy especial ya que en la procesión participó por primera vez su nieto Pablo, que con siete meses ya es de la cofradía en un claro símbolo de la perpetuidad de la tradición.