El triatlón es uno de los deportes más exigentes. En él se combinan tres disciplinas deportivas diferentes: la natación, el ciclismo y la carrera a pie. A pesar de que, a priori, puede parece una modalidad poco conocida, en Medina de Rioseco existe una gran cultura triatleta. Un claro ejemplo es Ángela San José, quien cerró la pasada temporada con broche de oro: proclamándose campeona de Castilla y León en su categoría, veteranos B2. “Para mí ganarlo ha sido un premio al esfuerzo y al tiempo que le dedico”, confiesa San José.
Y es que si por algo se caracteriza este deporte es por ser uno de los más duros que existen. Los triatletas tienen que seguir un severo calendario de entrenamientos para poder hacer frente a las exigentes condiciones de las pruebas. “Yo intento sacar tiempo de donde sea para entrenar lo máximo, suelo dedicar un par de horas los miércoles y los sábados y de tres a cuatro horas los domingos”, explica San José. Pero no solo tienen que mantenerse a punto físicamente, el aspecto psicológico es también muy importante. En este sentido, juega un papel fundamental el ánimo y la confianza de los familiares y amigos. “Para mí, sería imposible mantener esta rutina sin el apoyo de mi marido. Él siempre me ve capaz de todo y eso me da mucha fuerza”, asegura.
No obstante, lejos de lo que se pueda pensar, para ser un gran triatleta no hace falta llevar una dieta excesivamente estricta, “simplemente hay que comer equilibradamente”, reconoce Ángela. De lo que sí deben alimentarse a diario los triatletas es de sueños, de pasión y, sobre todo, de ganas. “Hay que ser constante y tener ilusión y motivaciones”, confiesa.
San José lleva ocho años practicando este sacrificado deporte en el que se inició casi por casualidad, “empecé a entrenar con el equipo de Rioseco, me fui animando y hasta ahora”, cuenta. En este tiempo, ha participado en diferentes cross, duatlones y triatlones en varios puntos de la provincia y de la Comunidad. También, ha realizado ciclismo en ruta, una de las pruebas que más le gusta, puesto que, tal y como reconoce, “la bicicleta es mi fuerte”; a pesar de ser la modalidad en la que más tarde se inició. “Empecé con la bici con 40 años, sin embargo lo de nadar siempre me ha gustado mucho, cuando era pequeña mi madre siempre me reñía porque llegaba con los dedos encallados”, recuerda con una sonrisa.
De todas las pruebas en las que ha participado, Ángela recuerda especialmente un triatlón de Valladolid por lo nerviosa que estaba. “Dos días antes siempre suelo estar atacada, pero pensar que iba a competir con 47 mujeres y cerca de 300 hombres hizo que lo estuviese todavía más”, cuenta. Y, asegura, que las citas más complicadas son las de Rioseco “por todo lo que conlleva participar en tu casa, ante tu gente”.
En todos estos años de dedicación, las lesiones le han respetado, tan solo ha sufrido alguna “pequeña” rotura de fibras, y sus ganas siguen intactas, “a veces digo que no vuelvo, pero luego siempre repito”, afirma Ángela. Y espera que la suerte le siga acompañando. “Hace unos años corriendo el triatlón de Valladolid, el último tramo de carrera a pie me pasó una mujer de 63 años y, al verla, directamente pensé en poder llegar a eso”, cuenta. San José enfrenta la nueva temporada 2014/2015 con grandes dosis de optimismo. “Estamos entrenando y preparándonos desde ya, sobre todo intentando perfeccionar la natación”, asegura.