Varias Gilera, prestigiosa firma italiana que dominó el Campeonato del mundo de Motociclismo en la década de los 50, alguna que otra Bianchi, una Royal Enfiel, una BMW, Yamahas y hondas japonesas, incluso varias Harley Davidson, marca estadounidense que marcó un antes y un después en la vida de los amantes de las dos ruedas, coches, sidecar, velocípedos, bicicletas y un sinfín de reliquias del mundo del automóvil. Esto es tan solo una pequeña parte de lo que tanto riosecanos como visitantes podrán ver desde esta mañana hasta la tarde de este domingo en la Calle Mayor y en el parque Duque de Osuna de Medina de Rioseco.
La ciudad se ha convertido en un auténtico museo al aire libre con automóviles que datan desde 1898 hasta finales de los 90, la mayoría de ellos propiedad de la familia Occhiuzzi, organizadora de este evento. Gracias a la labor altruista de Rafael y su padre, Mario, y con la colaboración del Ayuntamiento de la localidad, se ha podido llevar a cabo esta exposición de vehículos antiguos. Una colección con piezas únicas y exclusivas, obra de un gran coleccionista como es Rafael Occhiuzzi, quien confiesa que esta afición le viene de su padre. “Me contagió esta enfermedad mi padre y pretendo seguir con ello y poder ir aumentándola”, aseguró entre risas.
Muchos son los curiosos y amantes de los aparatos de dos y cuatro ruedas los que se han acercado esta mañana frente a la plaza de Santo Domingo, donde están ubicados algunas de estas maravillosas piezas, todas en un estado de conservación realmente impresionante. Así como muchos viajeros que pasaban por la carretera, ralentizaban su paso asombrados por los coches y motocicletas allí estacionadas. Incluso más de uno se paraba para ver qué pasaba, confuso por la época en la que se encontraba. Y es que Medina de Rioseco parece haberse trasladado años atrás a la joven Italia, dónde chicos y chicas adolescentes se pasean con elegantes y vistosas Vespas, o a la elitista Alemania, en la que las familias más adineradas se desplazaban en sidecar, o incluso parece haberse convertido esta vieja ciudad de Almirantes en un auténtico circuito de motociclismo con numerosos ejemplares de las firmas japonesas Yamaha y Honda, líderes desde hace décadas en los mejores mundiales.
Multitud de personas se han acercado a fotografiarse con alguno de estas piezas únicas, incluso Artemio Domínguez, alcalde de la localidad se animó a posar para las cámaras. Y es que detrás de esta vistosa exposición está un hecho cargado de solidaridad. En colaboración con Fotografías Barrios, todo el que lo desee podrá inmortalizarse con estas joyas del asfalto, a la vez que colaborará con la Asociación de Ayuda contra el Cáncer (AECC) de la localidad. “Es un motivo de gratitud el estar aquí. Esto nos ayuda, a parte de la recaudación, a darnos a conocer y a penetrar un poco más en la sociedad riosecana, que desde siempre ha despertado un sentimiento especial hacia nosotros”, afirma el presidente de la Asociación.
La pieza que más expectación está causando es un monoplaza de competición, con el que todo el mundo quería fotografiarse. Aunque para Rafael, “todos son especiales, pero si tengo que elegir uno me quedo con un Adler Trumpf Junior Sport de 1937”. Un pequeño y deportivo coche familiar popular en la próspera Alemania del periodo de entreguerras.
Esta actividad hace de este primer fin de semana de agosto, un fin de semana único. Combina el diseño, la ingeniería, el arte, la historia y la solidaridad. Una manera especial e innovadora de dar a conocer la ciudad y todos los encantos que se esconden detrás de cada uno de sus rincones y habitantes. “Es una iniciativa muy completa. Además de ser un atractivo turístico que esta congregando a múltiples personas, se apoya una actitud benéfica”, afirmó Artemio Domínguez.
Esta exposición multiplicará los beneficios de la Feria del Comercio
La primera jornada de la Feria del Comercio en la calle se cerró ayer con un balance muy positivo. “Los dieciocho comercios participantes están muy contentos, porque las ventas han sido muy notables”, cuenta Víctor Caramanzana, presidente de la Asociación de Empresarios de Medina de Rioseco y Comarca (Aempryc). Esta exposición de todo tipo de vehículos clásicos del panorama internacional, complementará esta actividad del comercio riosecano y tal y como afirmó Víctor Caramanzana, «incrementará las ventas seguro porque la Calle Mayor está llena de gente». Datos, por el momento, más que suficientes para que no falten las ganas de dar continuidad a esta iniciativa. “Seguro que lo volveremos a hacer el año próximo y seguramente se duplique el número de establecimientos participantes”, confesó el presidente de la asociación.