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Sábado. Nueve de la noche. Plaza de Toros de Medina de Rioseco. Más de medio millar de personas reciben una fatal noticia. Hay un virus muy contagioso que se propaga a gran velocidad. Deben salvarse, y ayudar a limpiar la población. Fuera, medio centenar de zombis están despertando de su letargo. Están por todos los sitios: en el parque Duque de Osuna, en la Plaza Mayor, escondidos en el Ayuntamiento, en el Arco de Ajújar, en la panera de la fábrica de Harinas, en el Casino, en el Teatro…
Survival Zombie cumplió sus expectativas y más de medio millar de jugadores (un 70 por ciento llegados de otros puntos de la provincia, de la región e incluso de otros lugares de España) acudieron a la cita con ganas de pasar miedo, divertirse y burlar a unos zombis peligrosos, muy realistas y con ganas de acabar con los supervivientes.
Los participantes tuvieron que completar una gincana, esquivando las carreras de los peligrosos Z, zombis con una velocidad espantosa. Rioseco se convirtió en la noche de los muertos vivientes. Los supervivientes que, poco a poco iban hilando la historia narrada a través de los personajes, tuvieron que apretar los dientes y entrar en el Casino, donde una monja y un monje zombi no lo pusieron nada fácil.
En casi todos los edificios públicos riosecanos había prueba y los participantes corrían de un punto a otro del pueblo como alma que lleva el diablo. La última prueba, quizá la más complicada, transcurría en los camerinos del Teatro Principal. Los equipos debían entrar, sigilosos, dos terroríficos zombis dormían. Debían encontrar un arma y su munición. Cada vez que hacían un hallazgo, los muertos vivientes se activaban y los momentos de tensión iban en aumento.
Un grupo de vallisoletanos fue los primeros en resolver todas las pruebas y llevarse el título honorífico de campeones del Survival Zombie de Rioseco. Afortunadamente sobrevivieron hasta el final. Al filo de las cuatro de la madrugada, en la plaza de toros de la localidad, se desvelaba el final de la historia. La WRG, una organización un tanto oscura, no tuvo nada que ver en la propagación de virus.
Con tanto participante y tanta carrera, el servicio sanitario de Cruz Roja tuvo que realizar varias intervenciones, en su mayoría por golpes, torceduras y rasguños. Desde la Concejalía de Cultura y Turismo se hacía un balance muy positivo de esta actividad que se estrenaba en Rioseco y se hablaba de éxito de participación, con más de medio millar de personas inscritas.
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