Emoción, agradecimiento, entusiasmo y felicidad. Es lo que transmitía el gesto de Fray Carlos Amigo Vallejo ayer en Santa María, la iglesia que le bautizó y la que acogió el homenaje por su ochenta cumpleaños. Un templo abarrotado por cientos de personas, entre los que se encontraban familiares, amigos, hermandades de Rioseco y Sevilla, y autoridades episcopales y civiles. Tampoco se quisieron perder el importante evento 54 sevillanos, de Mairena del Alcor en concreto, que entraron en Santa María con un pancarta de apoyo al Cardenal, en la que se podía leer: Carlos Amigo. Aquí estamos contigo. Una iglesia vestida de gala, con la Virgen de Castilviejo y la Virgen de los Reyes custodiando el Altar Mayor.
El cariño recibido por Amigo, en la eucaristía que presidía, fue el mismo que él dio a los allí presentes. “No cumplo yo 80 años, los cumplimos nosotros porque mi vida, queridos hermanos (especialmente de Rioseco y Sevilla), es incomprensible sin vosotros. No hubiera podido dar ni un solo paso en mi vida sin haberlo hecho juntos”, dijo. Y es que a pesar de haber pasado más de un tercio de su vida en la ciudad bañada por el Guadalquivir, Fray Carlos Amigo vivió los años más decisivos en el crecimiento de una persona en la ciudad de los Almirantes. “Aquí recibí una educación, una familia, cariño de mis padres, de mis amigos, una cultura, una forma de hacer…”. Tan interiorizado tiene a Medina de Rioseco, sus iglesias, sus tradiciones, sus devociones que asegura que “podría estar en las puertas de una mezquita uniéndome a la oración de unos musulmanes y sintiéndome a las puertas de la ermita de Castilviejo”.
Tras la misa, el cardenal recibió una serie de regalos y emotivas cartas de agradecimiento y felicitacitaciones de los que no habían podido asistir; bien por tener «compromisos ineludibles», como fue el caso de Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid, o debido a la distancia como el caso de las hermanas del Convento de la Cruz de Sevilla, por las que Amigo siempre ha demostrado un «gran cariño». El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, expresó su felicitación a través de una carta que leyó Javier Landa, el primer teniente de alcalde sevillano. El regidor destacó “su compromiso con los problemas sociales”. Entre los presentes que recibió, Amigo destacó como “muy original” el que recibió de la sevillana María del Carmen Muñoz, la portada del diario ABC edición Sevilla del 23 de agosto de 1934, fecha en la que la ciudad del río Sequillo vio nacer al cardenal.
El alcalde de Medina de Rioseco, Artemio Domínguez, fue el último en felicitarle y lo hizo, en primera instancia recordando su carrera religiosa, “fue monaguillo, fraile, sacerdote, arzobispo y cardenal, pero lo primero fue el hábito franciscano”, señaló. Artemio, a su vez, le agradeció el haber llevado siempre con orgullo el nombre de su tierra y no haberse olvidado nunca de ella, ni de sus gentes. Uno de los momentos más alegres fue cuando Domínguez pidió a los presentes que cantasen el Feliz en tu día. Sevillanos y riosecanos unieron sus voces y sus aplausos para homenajear a Fray Carlos Amigo.
El propio Cardenal cerró la misa con palabras de agradecimiento a todos los presentes, y en especial al párroco de las iglesias de Santa María y Santiago de Medina de Rioseco, Juan Carlos Fraile por “todo el entusiasmo que ha puesto en esto”. La despedida dio paso al concierto de órgano ofrecido por José Enrique Ayarra, organista como regalo de cumpleaños para Fray Carlos Amigo Vallejo.
La vida del cardenal riosecano en una exposición
Hoy, día 24 de agosto, se abre al público la exposición conmemorativa que se ha organizado en torno a la vida de Fray Carlos Amigo bajo el título El menor hijo de San Francisco, Fray Carlos Amigo. Ubicada en la capilla de invierno, se podrá visitar hasta finales del mes de septiembre de martes a domingo en horario de mañana y tarde.