Las esperadas fiestas de San Juan han llegado y lo han hecho para quedarse. Al menos durante cinco días, los que durará el programa festivo elaborado por el Ayuntamiento que este jueves tuvo su primer episodio. La futbolista riosecana Laura Fernández, que milita en el Atlético de Madrid, fue la encargada de ofrecer el pregón inaugural que precedió al chupinazo con el que se encendieron las fiestas de San Juan de 2017.
La futbolista, muy arropada por las componentes de su peña –Las Minis– que incluso llevaban caretas con el rostro de la pregonera, realizó una emotiva intervención en la que habló de su regreso a Medina de Rioseco, el pueblo donde es “feliz”. “Lo mejor de irte es volver y ver que sigues encajando en todo. Lo mejor de la vuelta es cuando tienes a alguien que te espera, que está feliz de que estés a su lado, tener miles de planes para cuando vuelvas”. Laura Fernández antes de dar por iniciada las fiestas 2017 recordó una frase lapidaria: “olvidar de dónde vienes es no saber a dónde ir”.
Con el chupinazo la locura se desató entre los peñistas que iniciaron un animado desfile, al ritmo de un dj móvil que recorrió la calle Mayor, la plaza de Santo Domingo y calle Castilviejo hasta llegar a la Plaza de Toros. Las carrozas participantes dieron una vuelta al ruedo, antes que al albero del Coso del Carmen saltarán dos buenos novillos y una vaca de la ganadería de Celador Zurdo, en la primera capea de las fiestas, que estuvo amenizada por la Charanga The Solfamidas.
La primera noche festiva tuvo dos citas. Una con la obra teatral El Apartamento, de la compañía Cirk About It, espectáculo ganador del festival de Teatro de Calle de Castilla y León y la macrodiscoteca Mandala Macro Show, con dj’s, bailarines, acróbatas y mucha animación, que hizo bailar a jóvenes y mayores en una calurosa noche en el corro del Carmen.
Las fiestas para los más pequeños comenzaron antes del chupinazo, con una divertida suelta de toros infantiles a cargo del grupo Tirotateiro. No faltó la ambientación musical, gigantes y cabezudos y un divertido encierro que hizo las delicias de los más pequeños, algunos de ellos auténticos expertos en cortes, quiebros y toreo.