El mundo de los toros ha pasado a Cultura; es decir del Ministerio de Interior a la cartera cultural, ahora dirigida por Wert. Una decisión aplaudida por gran parte del sector taurómaco, harto de estar entre policías y delegados gubernativos… y demás, sintiéndose un poco delincuentes. Este cambio parece que podrá revitalizar la Fiesta, hoy en horas bajas. Y este traspaso natural se entiende mucho más, si cabe, asistiendo a la segunda de las jornadas culturales taurinas Jorge Manrique, que tuvo lugar ayer en el Ayuntamiento riosecano.
Y es que nadie puede negar que los toros son cultura y así lo demostraron con una excelente velada poética los rapsodas Ángel María de Pablos, Jorge Pedrosa y Ana Isabel Negro, quienes ofrecieron un recital de poemas que calaron entre los aficionados que se dieron cita. Recordaron a maestros como Manolete, Pacomio Peribáñez o Jorge Manrique, ensalzaron al toro de lidia, aunque el momento más emotivo llegó con el romance que De Pablos dedicó a la memoria de los tres maletillas asesinados en la finca de Charco Lentisco, en Cieza (Murcia) cuando hacían la luna.
Y si la poesía tuvo un gran peso en el coloquio, no menos importancia tuvo la dinastía torera, encarnada en la figura de los hermanos Castaño: Javier, el torero; Damián, el novillero.
En una mesa moderada por el crítico Domingo Nieto, Javier Castaño el diestro leonés, afincado en Salamanca habló de su trayectoria taurina profesional de cuando fue “figura de los novilleros” y de sus dos últimas buenas temporadas. Castaño tiene en 2012 una campaña ilusionante: “He conseguido entrar en todas las ferias importantes, estaré en Valencia, Castellón, Sevilla, si todo sale bien en Madrid, aunque la cita que más me ilusiona es la encerrona en Nímes con seis miuras, un gesto importante en mi carrera”, dijo el torero, quien se las verá en todas sus tardes con ganaderías como Adolfo Martín, Miura, Cuadri…
Su hermano, Damián Castaño, uno de los novilleros con más ambiente en el escalafón novilleril adelantó a todos los presentes que este año será la temporada de su alternativa y barajó como posibilidad la plaza de toros de León, su ciudad natal, durante la feria de San Juan, en junio. Por supuesto, su hermano será el padrino de su doctorado. Damián aseguró tener en Javier “un espejo en el cual mirarme, aunque yo tenga mi personalidad y toree de forma distinta. Espero algún día llegar a donde él ha llegado”, dijo.
Las jornadas taurinas llegan hoy a su fin, con la clausura a cargo del delegado territorial, Pablo Trillo-Figueroa y la entrega de los premios de la Feria vallisoletana de Nuestra Señora de San Lorenzo a la faena más artística (Leandro Marcos) y al toro más bravo (ganadería de Valdefresno).