Un 14 de mayo de 1968 fueron traídos de la mano del ingeniero de montes Carlos Mondejar Reyna, procedentes de la antigua Checoslovaquia, varias cientos de huevos embrionados de Hucho-hucho o salmón del Danubio. El destino elegido por la administración de la época para intentar sacar adelante esta especie de salmónido, el de mayor tamaño que puebla las aguas regionales de Castilla y León, fueron, en el conocido como Canal de la central de Mirat, los huevos eclosionaron a las pocas horas de llegar al río.
La idea era contar con un pez interesante y deportivo para la pesca. Tras los trabajos emprendidos, el salmónido pudo salir adelante en las aguas del río salmantino, siendo infructuosos los esfuerzos por sacar adelante este proyecto mediante la repoblación de este pez este en algún otro río de la región. La iniciativa también fracasó en otras comunidades españolas por lo que el hucho actualmente solamente se encuentra en España en el río Tormes a su paso por la provincia de Salamanca.
Del interés que despierta la pesca de este Coloso del Tormes entre los aficionados de todo España hay que destacar que el único coto existente dedicado en exclusividad a esta especie en la comunidad, el de Villagonzalo II, se completó este año a las pocas horas de salir a disposición de los aficionados los 816 permisos de pesca disponible para la temporada 2014. Asimismo, ya se están levantando voces para que la Administración regional valore la creación de un segundo coto en esta provincia dedicado al salmón del Danubio.
El hucho levanta pasiones, pero también una infundada controversia, pues a pesar del indudable reclamo turístico piscícola que supone para Salamanca contar con este salmónido, envidiado en el resto de la comunidades españolas, unos pocos aficionados charros culpan al hucho, sin fundamento ni rigor científico alguno, de la desaparición de las truchas que guardaba antaño el Tormes.
El “zángano charro”, una especie de la que se han capturado ejemplares de mas de 20 kilogramos, puebla sus aguas desde el mismo muro de la presa de Santa Teresa, hasta el pantano de Almendra, donde no es infrecuente capturar en esta agua libres soberbios ejemplares que han llegado hasta allí, una veces descolgándose de su coto de origen y otras empujados por las riadas
El hucho sale delante de forma natural en el coto de Villagonzalo II y es apoyado con repoblaciones periódicas del Centro Ictiogénico de Galisancho, el lugar donde la ddministración regional vuelca sus esfuerzos desde hace años para criar a este pez que posteriormente se emplea para repoblar con él en el río salmantino.
Las técnicas más empleadas para pescar al Hucho son las de lance ligero a cucharilla, con potentes cañas y fuertes sedales o líneas trenzadas, muy resistentes, y fundamentalmente con peces artificiales o rapalas de gran tamaño. También últimamente, se ve a más aficionados que los pescan a látigo o mosca seca, utilizando como señuelo grandes ninfas muy lastradas y vistoso estrímers, en los que predominan los de color naranja o negro del todo.
La temporada de pesca del Hucho se abre todos los años el primer domingo del mes de mayo y finaliza el día 31 de agosto. La normativa anual de pesca especifica que solamente se puede capturar un pez por pescador y día y siempre que el hucho tenga una medida superior a los 70 centímetros. Varios riosecanos pudieron disfrutar hace unas fechas de una agradable jornada de pesca y capturar algunas buenas piezas de esta especie conocida como el coloso del Tormes o el zángano charro.