Miércoles de agosto. Calle Mayor. Mercadillo. Barullo. Prisas. Cientos de personas de la comarca que ultiman sus compras… Y en medio de la algarabía… música. Una melodía dulce de violín que parece un remanso de paz entre tanto jaleo. Es Omelyan Grabtes, un músico ucraniano, que cuando sus obligaciones de orquesta se lo permiten se acerca por Rioseco para ofrecer su música. Aunque es contrabajista profesional su otra pasión es el violín. Un instrumento que hizo mucho más llevadero el ajetreado miércoles riosecano.