Un siglo, dos años y dos días después de haber nacido en el lejano 1910, esta mañana fallecía la riosecana Benita Sahagún González cuando hacía 48 horas que, el 5 de diciembre, había celebrado su último cumpleaños.
Aunque la pérdida de cualquier ser querido es siempre triste y dolorosa, es seguro que los hijos de Benita, Pilar y Jesús, estén, dentro de lo que cabe, alegres por haber tenido la suerte de haber disfrutado de su madre durante tantos años, además hasta casi sus últimos días con una lucidez envidiable para su longeva edad, una salud de hierro y una vista que la permitía leer a diario libros y periódicos sin gafas.
Cuando cumplió los 100 y los 101 años, Benita señaló que estaba contenta al cumplir esa edad pues “lo manda Dios y todo lo que manda Dios hay que recibirlo bien”. Entonces, con una agudeza sorprendente, recordó con emoción cuando a sus 14 años llegó con su familia desde Villagarcía de Campos y sus años de juventud cuando la gustaba asistir al baile con sus amigas, “aunque había que estar en casa a las 10 de la noche”. Entonces tuvo también palabras de emoción en el recuerdo de su marido, Pedro Hernández, y en la talla de San Isidro, que el matrimonio regaló a la Cámara Agraria y que es la que actualmente sigue procesionando en la festividad de los agricultores.
A toda su familia, nuestras más sinceras condolencias. Descanse en paz. El funeral tendrá lugar mañana sábado, a las 16 horas, en la iglesia de Santa María. Capilla velatoria en el tanatorio El Salvador (en carretera Nacional 601, junto al Convento de Santa Clara).