“El Vía Crucis recuerda el camino que Jesús recorre desde que es apresado en el Huerto de los Olivos hasta su sepultura. El cristiano, haciendo memoria de la Pasión y muerte de Jesús, se identifica con los momentos más dolorosos de su vida y a la vez tiene presentes a las personas que sufren”. Así comenzó su intervención el cardenal-arzobispo emérito de Sevilla, el riosecano fray Carlos Amigo, el Vía Crucis de las Hermandades de Semana Santa que ha organizado por tercer año consecutivo la parroquia riosecana y la Junta de Cofradías.
Como es habitual el acto comenzó con un audiovisual con fotografías del colaborador de este periódico, Fernando Fradejas. Más tarde se fueron rezando las diferentes estaciones con las imágenes de cada paso de la Pasión de Rioseco. Monseñor Amigo realizó una reflexión sobre el camino de Jesús hacia la Cruz, haciendo un paralelismo entre las imágenes escultóricas que componen los pasos riosecanos y los dolores existentes en la vida cotidiana de un cristiano.
“Señor dame fortaleza para beber este cáliz amargo”. “Los latigazos que más duelen son los del amor, el olvido de aquellos a los que quieres”. “Me pueden atar las manos pero no el corazón, como Cristo atado a la columna”. “Qué cruz tan grande el llevar adelante una familia. Mil cruces deberían llevar porque el amor es mi peso y ese peso es el cariño a los que quiero”, dijo monseñor Amigo facilitando las imágenes de cada uno de los pasos que conforman la Semana Santa riosecana.
“El dolor más grande Cristo fue el dolor que sintió su madre”, refiriéndose a la Dolorosa; mientras que el costado abierto de Cristo por la lanza de Longinos lo definió como “una puerta por la que uno tiene que meterse y sentarse así en el mismo corazón de Cristo para verlo todo como lo ve el corazón de Cristo”. De cada cofradía, cuatro representantes portaban una cruz, dos velas y otro leía una estación del Vía Crucis.
Prosiguió el cardenal riosecano recordando a todos y cada uno de los conjuntos escultóricos de la Semana Santa de su ciudad natal. “Y cuando tú te pones debajo del paso para sacar Longinos o Escalera más grande es tu veneración a Dios que la grandeza inmensa de esos pasos”. “La paz es aquel regalo para los que saben perdonar, como el Cristo de la Paz”, añadió.
“Para una madre nunca se muere su hijo. Hay muchas formas deSoledad pero la peor de todas es la soledad de uno mismo”, fue concluyendo monseñor Amigo, que no olvidó el momento de la Resurrección. “Cuanto más te fijas en las imágenes de los pasos de Semana Santa más desaparecen y te encuentras con la realidad de lo que estas imágenes representan. Déjate ver y encontrar por la Semana Santa y lo que ella representa de fe y de amor fraterno”.
“Las hermandades son una escuela para aprender los caminos de Cristo. Semana Santa y en Mediana de Rioseco, nuestra Semana Santa. El Vía Crucis permanente que nos habla de la bondad misericordiosa de Cristo el Señor”, acabó el cardenal, quien estuvo acompañado del presidente de la Junta de Cofradías, Julio de las Heras; del alcalde de Rioseco, David Esteban, del presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero y del párroco Juan Carlos Fraile.