De nuevo, Medina de Rioseco volvió a vivir ayer uno de los días más importantes del año con la celebración del Domingo de Ramos. Un solemne día que permitió a miles de riosecanos y visitantes salir a la calle y participar de la procesión de las Palmas con el paso de La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, más conocido popularmente como La Borriquilla.
A primera hora de la mañana, tuvo lugar la misa solemne de todas las cofradías en la iglesia de San Francisco que ofició, con la asistencia de cientos de personas, el sacerdote de la parroquia riosecana, Roberto Pérez. Más tarde, desde la iglesia de Santa María partió a media mañana la procesión de las Palmas con el paso de La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, más conocido popularmente como La Borriquilla, que, con la presencia de gran número de niños, que ayudaron a empujar el trono, discurrió por las calles de Mediana, Los Lienzos, Plaza Mayor, Román Martín, Mayor y Santa María para finalizar en la iglesia de Santa María.
El paso de La Borriquilla fue adquirido en 1952 por la parroquia con los donativos de toda la población, en especial por los de los niños. Junto con el Cristo del Amparo, que procesiona el Miércoles Santo en el Vía Crucis, son dos los pasos que no poseen cofradía y en sus respectivas procesiones son acompañados por todos los vecinos que lo deseen. Además, La Borriquilla es la única talla que desfila en Rioseco sobre un trono con ruedas a diferencia del resto que son portados a hombros. Es una escultura que fue ejecutada por el valenciano Inocencio Cuesta y representa a Cristo a lomos de un asno siguiendo el modelo de otros muchos realizados en ese momento y extendidos por toda la península. Su adquisición fue un reflejo del sentimiento de la localidad por colocar sus cortejos procesionales a mayor altura, según explican los historiadores del arte, Ramón Pérez de Castro y Virginia Asensio en su estudio sobre la Semana Santa riosecana.
También, durante la mañana, en algunas cofradías se celebraron las juntas generales, mientras que en otras se llevó a cabo un tradicional desayuno de hermandad. En las junta se lee el orden del día, se presentan las cuentas y se comunica las altas y bajas de hermanos. Además, algunas hermandades “tallaron” el paso, es decir, designaron por altura los puestos de los cofrades que van a portar el paso a hombros en la procesión. El más alto será el encargado de llevar “la cadena”, que es el responsable de la dirección del paso en la procesión. Unos tacos de madera salvarán las diferencias de altura entre los más altos y los más bajos. Otras hermandades tallarán su paso el propio día de la procesión poco antes de realizarse el desfile de “gremios”. El hecho de que los pasos sea llevados a hombro es una de las características principales de la Semana Santa riosecana. Los cofrades sacan los pasos por riguroso orden de la lista general de inscritos en la hermandad.
El Domingo de Ramos es un día de gran fiesta en Rioseco. Los cofrades en particular, y los riosecanos en general, tienen conciencia de que comienza su semana más grande en la que vivirán, un año más, una tradición centenaria, y lo demuestran con gran alegría por calles y plazas en un ambiente muy festivo.