Miles de personas han abarrotado esta tarde la dársena del Canal de Castilla y las calles de Medina de Rioseco para dar la bienvenida a los Reyes Magos de Oriente, que han hecho su aparición en la localidad a bordo del barco eléctrico Antonio de Ulloa. La lluvia, como auguraron las previsiones metereológicas ha dado una tregua y ha respetado la celebración, a pesar del intenso frío.
Al filo de las siete de la tarde, la fábrica de harinas San Antonio, se iluminaba y acogía la proyección de un vídeo-mapping, con motivo del décimo aniversario de la embarcación que gestiona la Diputación de Valladolid. Tras la quema de una colección de fuegos artificiales, sus majestades de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar emergían de la oscuridad del Canal, para llegar a la dársena y saludar a los niños que esperaban su llegada.
La comitiva se retrasó hasta subirse en sus carrozas, que enfilaron la calle San Juan, para recorrer la Rúa Mayor y llegar hasta la Plaza. Los Magos saludaron, de nuevo, desde el balcón Consistorial, y luego fueron atendiendo las peticiones de los niños, que les recordaron todos los juguetes que han enumerado en sus cartas.
Una de las novedades de esta edición fueron el desfile de una nueva carroza, la del gran elefante en el que viajaban Aladin y Jazmin, y otra que se ha reconstruido para albergar al Hada Madrina, con su cohorte de personajes fantásticos. Tampoco faltó, como es habitual, el pesebre en el que la Virgen y San José arropaban al pequeño Jesús, antes de que los Reyes Magos le mostraran sus respetos.
Fuentes del Ayuntamiento hacían un balance “muy positivo” de la Cabalgata y en especial de sus novedades. Y destacaban la presencia de miles de personas en las calles. “Cada vez viene más gente de fuera y eso se nota”, aseguraban. Tras recibir a todos los niños, Melchor, Gaspar y Baltasar tienen ahora una agotadora tarea para ir depositando en todos los hogares todos los regalos solicitados.