Vicente Garrido Capa (Medina de Rioseco, 1932) ha vuelto a su localidad natal, rodeado de los suyos que no son pocos, a recibir un cariñoso homenaje de su otra gran familia: los químicos. Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Valladolid, cuyos estudios amplió en Alemania, es el padre y presidente de Lingotes Especiales S.A (fundada en 1968). Fue presidente de la Cámara de Comercio de Valladolid y entre los muchos premios que ha recibido, adornan su vasta trayectoria profesional la Medalla al Mérito en el Trabajo concedida en 2013. Hoy en Rioseco se lleva el cariño de sus paisanos y de sus colegas.
Venir a Rioseco y recibir un homenaje debe sentar bien.
Es muy agradable, yo diría que agradabilísimo. Además ha salido un día precioso en Rioseco sin nieblas y estoy rodeado de mi familia, qué más puedo pedir. El homenaje me hace mucha ilusión por lo que es, por lo que representa y por los recuerdos que me trae.
Dice el presidente de los Químicos que el premio que usted recibe es por lo mucho que ha dado a la química.
Recibí mi formación en química y durante sesenta años me ha ayudado a realizar mi actividad profesional. Hoy, algunos de mis familiares, como hijos y nietos también son químicos. Y es que la química va mucho más allá de los conocimientos…
¿Tan importante es esta disciplina?
Al químico siempre se le imagina uno con una bata blanca y un tubo de ensayo, pero químicos hay en todas las partes: desde un vicepresidente del Gobierno, hasta ministro, y por supuesto en la clase empresarial.
¿Qué recuerdos le trae Rioseco?
A pesar de mis 83 años, tengo en mi memoria recuerdos muy frescos de riosecanos como Chirumba, el Chiri, Santiago el de la Nena, Florencio Díez… toda la colección de chavales de la pandilla… Nos divertíamos extraordinariamente, aunque quizá con algunos juegos hoy hubiéramos ido a la cárcel (risas). Lo pasábamos muy bien, lo recuerdo con un cariño extraordinario.
Su idilio con Rioseco continuó pronunciando el pregón de Semana Santa en el año 2000
Fue uno de los días más bonitos. Me emocionó mucho porque me trajo ya recuerdos de más mayor, en especial de mi cofradía de la Soledad.
Por último, ¿qué significa para usted Rioseco?
Medina de Rioseco es mi vida. Yo nací aquí, aunque luego me fui a Valladolid. Pero los primeros doce o quince años en la vida de una persona son determinantes y claves de lo que luego será una persona, además de la formación. Vuelvo a reiterar que recuerdo con mucho cariño y alegría los momentos de mi niñez en Rioseco.