Una treintena de cofrades, acompañados por más de un centenar de riosecanos, celebró ayer la festividad de San Roque en Medina de Rioseco. Una jornada festiva que contó con la tradicional misa, oficiada en la iglesia de Santiago, en la que se bendijeron los populares periquitos y la posterior procesión, encabezada por el Santo, que recorrió las calles colindantes al templo.
Los componentes de esta pequeña cofradía se congregaban al filo de las siete de la tarde en casa del mayordomo. Un cargo que este año ha tenido el honor de representar Ángel Antolín González, que lleva “toda la vida, por tradición familiar, apuntado a San Roque”. Ángel, que ya fue mayordomo en otra ocasión, confesaba, con una sonrisa, que es todo “un orgullo” poder ostentar el cargo. Asimismo, detalló cuales han sido sus funciones: “Me tengo que encargar de limpiar y montar el paso, reunir a los cofrades en mi casa con un aperitivo, portar la vara y tras la procesión invitarles a un refresco”.