Más de 250 kilómetros dedicados a la memoria de Ángel Lobato

El Grupo de Atletas Virgen de Castilviejo finalizó el pasado domingo en la isla de la Virgen del Mar, junto a Santander, su 29 peregrinación, recordando a Lobato

Miguel García Marbán

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2Es bueno recordar a los que ya no están con nosotros, porque ayuda a mantener viva su memoria y a sentir su presencia en nuestras vidas. Por eso, el Grupo de Atletas Virgen de Castilviejo de Medina de Rioseco ha dedicado este este año su tradicional peregrinación a uno de sus históricos miembros, al veterano Ángel Lobato, quien fallecía el pasado año.

Los atletas riosecanos, en su vigésimo novena peregrinación mariana, llegaron corriendo el pasado domingo hasta la isla de la Virgen del Mar, en localidad de San Román de la Llanilla, junto a Santander. Tras diferentes etapas, en las que los atletas se relevaron en la carretera, la peregrinación llegó en “un auténtico rompepierna” de más de 250 kilómetros hasta la ermita que alberga a la patrona de la capital cántabra, situada en un paraje de gran belleza al encontrase en un gran islote al que se accede por un puente junto a una pequeña playa.

Una vez más la propia peregrinación fue un fin en sí misma, una nueva aventura de esa gran familia que ya es el Grupo de Atletas, reunida un año más junto a la carretera, corriendo por bellos paisajes, en especial, en esta edición, los montañosos de Brañosera o del Valle de Cabuérniga. Como ocurre cada año, hasta la pequeña ermita viajó una excursión de riosecanos que quiso acompañar a los atletas en la celebración religiosa, en la que, además de la tradicional ofrenda floral a la Virgen del Mar, hubo, en esta ocasión, un emotivo homenaje a Ángel Lobato.

3La misa fue oficiada por el párroco riosecano, Juan Carlos Fraile, quien recordó la ilusión de Lobato en cada peregrinación. Además, Luciano García Marbán, en representación del Grupo de Atletas, leyó un emotivo texto en el que se dirigió a Ángel para expresarle que “cada momento vivido en estos días ha sido un motivo para que estuvieras con nosotros; para que, bajo tu emblemática gorra campera, tu risa sonara más fuerte que nunca; para casi poder tocar tu constante voluntad de ayuda, para poder vencer la tristeza de no tenerte junto a nosotros, de no poder disfrutar de tu amena conversación y experiencia, de tus contagiosas ganas de vivir”. García Marbán también recordó a los que fueron miembros y fundadores del grupo, al atleta Ignacio Sáez y al sacerdote Gabriel Pellitero, quienes “partieron antes que tú en esa última peregrinación para estar ya para siempre junto a nuestra querida Virgen de Castilviejo”.

En la celebración estuvieron presentes un gran número de familiares y amigos de Ángel Lobato. En nombre de la familia, su nieta María Abril Lobato, muy emocionada, leyó un pequeño texto para agradecer a los atletas el haber dicado a su abuelo la peregrinación de este año. Más tarde, tras la misa, otro nieto, Antonio Cáneva Lobato, atleta también del grupo, recordó con emoción cómo su abuelo le había llevado siendo muy joven a su primera peregrinación y como había disfrutado de su compañía.

Tras la celebración religiosa, el resto del día se dedicó a la playa, antes de comer en la que existe junto a la ermita y, tras la comida, en la del Sardinero. El presidente del Grupo de Atletas, Luciano García Marbán, mostró su satisfacción porque la peregrinación mariana se hubiera llevado a cabo con éxito y sin ningún percance, y quiso agradecer al párroco y a todas las personas que habían viajado con la excursión hasta la isla de la Virgen del Mar.

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