Y como son Magos y todo lo pueden obraron el milagro. La lluvia fue intermitente durante toda la tarde, pero cuando el espectáculo se disponía a comenzar arreciaba con fuerza. Durante el videomapping proyectado sobre la fachada de la fábrica de Harinas, en el Canal, el agua se hizo más fuerte, pero los pequeños aguantaban estoicamente bajo paraguas, gorros y otros parapetos. La espera merecía la pena, y la lluvia no podía aguar la fiesta.
Justo cuando los primeros fuegos artificiales comenzaron a romper el cielo negro sobre la dársena riosecana, el agua fue cesando para que los Reyes Magos llegaran a Rioseco, como ya es habitual, a bordo del Barco Antonio de Ulloa. Fue el momento más emocionante de la tarde. Centenares de niños saludaban a sus Majestades de Oriente que, desde la proa devolvían los saludos.
Tras dar varias vueltas por la dársena, Melchor, Gaspar y Baltasar desembarcaban y saludaban al alcalde, David Esteban, y a los concejales, que estaban acompañados por el vicepresidente de la Diputación, Víctor Alonso, y la diputada nacional Raquel Alonso, que quisieron comprobar de primera mano la magia de este momento. Tras atender a la televisión, los Magos montaban en sus carrozas, acompañados por un séquito para comenzar la Cabalgata. Melchor, en nombre de los tres Magos, aseguro que le constaba que los niños de Rioseco «son ejemplares y se habían portado muy bien este año«, antes de decir que venían cargados de regalos.
Personajes Disney, Frozen y otros dibujos animados abrían el cortejo. Para la ocasión se había estrenado dos nuevas carrozas que se sumaban a las otras seis, en las que viajaban María, José y el niño, el hada madrina y los tres Reyes Magos. A pesar de lo desapacible del día, centenares de personas abarrotaban la Calle Mayor para ver el paso de la comitiva, que se dirigía al Ayuntamiento de Rioseco, donde sus majestades de Oriente recibieron, uno a uno, a todos los niños que lo desearon.
El alcalde de Rioseco, David Esteban, decía que “al menos una vez en la vida todos tenemos que vivir la llegada de sus Majestades a la dársena del Canal de Castilla en Medina de Rioseco; primero el videomapping sobre la Fábrica de Harinas, elemento único de Patrimonio Industrial, luego los fuegos artificiales sobre esta postal navideña que es el Canal en invierno y al fondo una lucecita que se acerca… la embarcación Antonio de Ulloa que trae a sus tres más ilustres viajeros ante el asombro y la más absoluta expresión de la grandeza de la infancia, la ilusión de los más pequeños de la casa…”