En noviembre de 2012 celebraron un primer encuentro, a modo de toma de contacto y de calentamiento: todo salió perfecto y en la mente de todos estaba la fecha de 2013, un año en el que alcanzaban el medio siglo de vida. Son los riosecanos nacidos en el año 1963, que este año han cumplido los cincuenta y el sábado lo celebraron como se merece.
Muchos han cambiado aquellos jóvenes que entraron en quinta en el año 1982, el año de Naranjito. Hoy la mayoría son padres y madres de familia, pero el sábado afloraron muchos recuerdos de juventud y el buen ambiente, una vez más, y las risas fueron la tónica predominante de este encuentro.
La jornada comenzó con un paseo en la embarcación eléctrica Antonio de Ulloa y una visita guiada a la fábrica de harinas San Antonio. Más tarde los quintos celebraron una misa en recuerdo “por todos los que se fueron”, dice uno de los organizadores. Unos vinos dieron paso a una cena en el restaurante de los Molinos, y luego a una fiesta que se alargó hasta bien entrada la noche, demostrando –de nuevo- que la del 63 es una generación muy bailona.