Han pasado 25 años desde que la generación de riosecanos nacidos en 1969 entrara en quinta. Por eso, este fin de semana, se reencontraron para celebrarlo en una emotiva y divertida jornada, donde afloraron los recuerdos y en la que el buen ambiente y la diversión fueron las tónicas predominantes. Un total de 31 quintos de 1987 celebraron una fiesta que comenzó con una celebración religiosa durante la misa en la parroquia de Santa María.
Más tarde, los alcaldes de entonces, Eduardo Franco Felipe, y el de ahora, Artemio Domínguez, protagonizaron una recepción en el salón de baile del casino riosecano. El regidor actual dio la bienvenida a los asistentes y recordó algunos de los hitos más importantes del año en el que nacieron los protagonistas. “En el 69 dejó de funcionar el tren burra”, dijo Domínguez, quien enumeró otros acontecimientos como la llegada del primer hombre a la luna, el inicio de las clases mixtas en los colegios, el éxito de la música de Karina o la llegada del salario mínimo interprofesional, que alguno de los quintos en tono jocoso se encargó de recordar “que sigue igual”. Eduardo Franco, además, apostilló que en el 69 se fundó el Club Deportivo Rioseco.
Si eso fue lo que ocurrió en su año de nacimiento, en el año en que fueron llamados a filas, 1987, Carlos Amigo pregonaba la semana santa, recordó Artemio Domínguez, quien es animó a ser felices “porque sois muy jóvenes” y les ordenó “disfrutar del día lo mejor posible”.
Franco Felipe, por su parte, recordó el sentido de la celebración de los quintos y reveló que dos años antes se celebró el último sorteo y la tallación en Rioseco “con ese rito que llevaba el cabo Lino” y deseó que dentro de otros 25 años puedan seguir celebrando este encuentro. Algunos de los quintos rememoraron tiempos lejanos en el que casi un centenar de niños y niños de su edad se repartían en los tres colegios de la localidad: San Buenaventura, San Vicente de paúl y Virgen de Castilviejo, más conocido como las escuelas del castillo.
Fue una jornada que finalizó con una cena y con una larga noche festiva por los bares riosecanos, repleta de risas, recuerdos y sobre todo buenos momentos pasados y otros muchos que están por llegar.