Medina de Rioseco está horadada por una red subterránea que la recorre en toda su extensión y es que no hay casa del casco antiguo que no cuente con la correspondiente bodega.
Las hay de dos tipos y corresponden a dos épocas diferentes. Las que presentan forma de túnel, recubiertas de piedra de sillería, en las que se aprecia en algunos casos las mismas marcas de canteros que podemos ver en los muros de Santa María y en algunos tramos de los de Santiago. Son las más antiguas, y corresponden a los siglos XV y XVI. Y luego tenemos las que están excavadas directamente en el subsuelo, sin recubrir, con la tierra a la vista, y son del siglo XIX. Algunas viviendas presentan incluso varios niveles de bodegas y de éstas hay varios ejemplos en la La Rúa, poseyendo las del piso superior respiraderos situados en el suelo del soportal. Las más profundas tienen los respiraderos en las partes bajas de las fachadas y algunas de las casas conservan en su exterior una pequeña puerta, demasiado baja para el paso de una persona, que no era otra cosa que la comunicación con la bodega por donde se descargaban las uvas. Uno de los ejemplos más monumentales se conservaba en la antigua casa de Ventura García Escobar, situada detrás de Santa Cruz, aunque después de la imperdonable ruina y derribo de la vivienda, desconozco su estado de conservación.
Otra de las peculiaridades de las bodegas riosecanas es que su diseño no se corresponde con el trazado de la vivienda del propietario, sino que se extienden más allá, ocupando espacios bajo las viviendas vecinas o incluso bajo las vías públicas y las plazas. De esto queda abundante constancia en los archivos históricos, donde se conservan continuos pleitos por hundimiento de bodegas y consiguientes daños materiales y personales.
En la fotografía de hoy vemos el caso de unas bodegas situadas entre la Calle Pañeros (actualmente Román Martín) y la Ronda de Ropa Vieja y correspondientes a tres viviendas distintas. Procede de un documento de 1752 en el que se resuelve un litigio por la propiedad de una de ellas.
En la actualidad no son muchas las bodegas que se conservan, destruidas al haber desmantelado la vivienda centenaria original y haberla sustituido por un moderno bloque de viviendas. Aunque por suerte, algunos propietarios sí las han conservado y transformado en merenderos particulares.
Esta extensa red de bodegas responde a la gran producción vinícola que existió en Rioseco en siglos pasados y que subsistió hasta los años 60 en que inexplicablemente desapareció por completo. Quizá fuera interesante la recuperación de este producto en Medina de Rioseco, tomando como ejemplo el trabajo que se está haciendo en Mayorga o en Urueña. Interesante sobre todo porque para nuestra ciudad podría suponer la reactivación de su maltrecha economía.