Más de un centenar de agricultores y otras personas de Medina de Rioseco y la comarca han celebrado en esta jornada de jueves la festividad de San Isidro, patrón de los labradores. Y todos ellos lo han hecho con la vista puesta en el cielo en espera de las necesarias lluvias que puedan mitigar las pérdidas de lo que se prevé una nefasta cosecha.
Como cada año, la Junta Agropecuaria Local que agrupa a unos setenta profesionales del campo ha organizado la fiesta. Una misa en la iglesia de Santiago presidida por el párroco Juan Carlos Fraile ha dado paso a la procesión con el santo, que ha llegado hasta las inmediaciones del puente de la carretera Villarramiel, donde se ha procedido a la bendición de los campos y a la súplica porque la lluvia haga aparición en los próximos días.
Una comida de hermandad ha puesto fin a una jornada en la que se ha aparcado la preocupación por la mala situación de la agricultura de la zona, para disfrutar de un día en compañía de todos los labradores. Precisamente, el presidente de la Junta Agropecuaria Local, Víctor Pedro Frontela, aseguraba que ya se ha perdido entre un 60 y un 70 por ciento de la cosecha con respecto a cómo estaba planteada antes de la Semana Santa.
Pero el excesivo calor de esas fechas y sobre todo la nula presencia de la lluvia ha hecho que la cosecha peligre. De hecho, Frontela dice que como no llueva antes de finales del mes de mayo o principios del mes de junio se dará por perdida en su totalidad. Todos confían en las previsiones que aseguran que el día 20 de mayo podría llover. Si fuera así y el campo se recupera se podría hablar “de un año medio”, muy lejos de la gran campaña que se cosechó el pasado verano.
Por si fuera poco, el presidente de la Junta Agropecuaria Local lamenta en que los precios del cereal están a la baja, lo que agrava la situación crítica que se puede vivir este año.