Tiene cien años. Un siglo. Y como cien velas no se soplan todos los días, la riosecana Isabel Reglero Cabezas lo ha celebrado rodeado de sus familiares en una jornada especial y emotiva y, sobre todo llena de recuerdos. El alcalde de la localidad, Artemio Domínguez, acompañado de los concejales David Esteban y Blanca Valbuena, el gerente de la residencia de ancianos, Santiago Rico y varios trabajadores del asilo, han felicitado a la centenaria.
Isabel Reglero Cabezas nació en Rioseco un lejano 7 de febrero de 1917, siendo la menor de tres hermanas. Muy pronto, cuando apenas tenía un año, quedó huérfana de madre, a causa de la epidemia de gripe. Se crío con un tío suyo, Remigio Cabezas Díez, que como recuerda Isabel “era procurador de los tribunales y fue alcalde de Rioseco en los años 20”.
Muy joven se casó con Tomás García, hijo del recordado Francisquillo. Enviuda también muy joven, en 1947, cuando solo contaba con 29 años. A partir de entonces, trabaja en Valladolid hasta el año 1977, en el que regresa a su Rioseco natal para pasar la vejez, que han supuesto cuatro largas décadas de una salud envidiable, a pesar de los achaques propios de una edad tan longeva.
Por voluntad propia, en primavera de 2015 decide ingresar en la residencia de ancianos riosecana, donde este martes ha sido homenajeada. La única familia directa que tiene Isabel son dos sobrinas carnales: Mª Inés y Mª Luisa, hijas de su hermana, la popular señora Angelina, casada con Nicolás Rubio el hortelano, que regentó una tienda de hortalizas en calle Armas. Además, hoy estuvieron en el acto su sobrino político Ángel Gallego, y sus sobrinos-nietos Ángel, Milagrosa y Cristina.
Isabel Reglero estaba profundamente emocionada por el homenaje. “Me están tratando como la reina de Saba”, explicó al recibir un diploma y un ramo de flores. Y es que no todos los días se cumplen cien años.