Desde por la mañana se miraba al cielo sin cesar. Las previsiones no eran nada halagüeñas –una vez más- pero se confiaba en que el viento hiciera que la borrasca pasara de largo por Rioseco y no descargara el aguacero. Las nueve hermandades que desfilan en la Procesión del Mandato, junto a la Junta de Cofradías, activaron el protocolo por posible lluvia.
Las posibilidades, según se transmitió desde la Agencia Estatal de Meteorología, es que la presencia de lluvia de nueve a once de la noche no eran muy elevadas, pero si probables. A las once, los chubascos podrían intensificarse. Los presidentes de las diferentes Cofradías acordaron salir y agilizar la procesión para intentar que en tres horas los pasos estuvieran, de nuevo a cubierto, en la iglesia de Santiago. No obstante, el resto de iglesias permanecerían abiertas por si la lluvia cogía de imprevisto a la procesión.
Y así fue. Hacía muchos años que no se experimentaba una procesión tan ágil y rápida, sin las tradicionales esperas en algunos puntos del recorrido. Se llevó un orden y se intensificó el ritmo. De tal manera que poco después de las once todos los conjuntos estaban en el templo. Incluso, ante la probabilidad de lluvia, no se respetó el orden de entrada habitual, sino que se fueron introduciendo en Santiago según iban llegando, en una estampa poco habitual.
Finalmente no llovió, pero la salve a la Virgen Dolorosa se cantó en el interior de la iglesia. Las caras de satisfacción eran evidentes en los nueve mayordomos y en los cofrades afortunados que cargaron con los diez conjuntos escultóricos. La Procesión del Mandato de nuevo, y a pesar de la amenaza de la lluvia y el frío, volvió a relucir por las calles de Rioseco.
Horas antes, todas las hermandades se habían reunido en sus refrescos. Se iniciaba el desfile de gremios Un cortejo tan genuino como emocionante en Rioseco. El Pardal recorre, uno por uno, todos los refrescos de las nueve hermandades de Jueves Santo. Apretones de manos y abrazos entre los Mayordomos y comienza esa procesión cívica. Desde la sede de la Junta de Cofradías acudirán al Ayuntamiento, para invitar a las autoridades que acompañarán a las cofradías en la procesión del Mandato.
Música, paso ligero, orgullo en los portadores y en los hermanos que sirven el paso, que lucen con solemnidad la Vara Mayor de su Cofradía. Suena Los Gremios, la nueva marcha para este acontecimiento escrita por el riosecano Pablo Toribio y Eugenio Gómez.
El desfile de gremios se deshace en la iglesia de Santiago, donde en apenas dos horas comenzará la procesión. Pero antes, Santos Oficios para recordar la instauración de la eucaristía y el lavatorio de los pies de los apóstoles y, más tarde, el traslado, bajo palio, del Santísimo hasta la iglesia de Santa María, donde queda expuesto para su adoración.
A las ocho en punto, el Pardal rompía con su toque la tarde riosecana y los pasos salían a la calle. Un año más se había cumplido el Mandato.