Siete años ya desde que aquellos locos del Club de Caballistas Riosecanos Hermanos Peralta diseñaran la primera Feria del Caballo. Era una idea tan original como arriesgada que, año tras años, fraguó y se ha ido consolidando en Medina de Rioseco.
En torno a la fiesta de Santiago, aquel apóstol a caballo, la dársena del Canal de Castilla se vuelve un auténtico recinto ferial y en Rioseco huele un poco más al Sur. Jinetes a lo campero, flamencas, suenan sevillanas y se bebe rebujito. Es la Feria del Caballo Ciudad de los Almirantes que se ha instalado en la localidad hasta el próximo domingo.
Este viernes dio su pistoletazo de salida. El alcalde del municipio, Artemio Domínguez, junto a alguno de sus concejales fue el encargado de inaugurar tres jornadas de caballos, música y mucha diversión. Un grupo de flamencas riosecanas puso sobre la pista las primeras sevillanas y Francisco perrote, Jesús Cabañas y Daniel Fernández las exhibiciones de doma vaquera y alta escuela.
Cascabel de Ávila, a pesar de la tardanza, llegó a Rioseco a cantar y vaya si lo hizo. Su potente chorro de voz conquistó a los centenares de personas que disfrutaban de las primeras horas de feria. Incluso se atrevió sin micro en un ejercicio de poderío. El trío Sal Gorda, ya en el escenario interior, fue el encargado de animar la velada que acabó con un divertido karaoke en el que jóvenes y no tan jóvenes demostraron sus dotes de cantantes.
Hoy la feria, en su ecuador, llega a su punto más álgido con tres conciertos: Yaiza, Achive y Almorada, además de un paseo a caballo por el Canal de Castilla, concurso de doma vaquera y un espectáculo ecuestre que cuenta con una sorpresa, una de las principales novedades de esta edición.