La editorial Cálamo acaba de publicar Dónde estabas el fin del mundo, el último poemario del escritor riosecano Luis Ángel Lobato, con el que cierra una trilogía con Brillante y Lámparas. En un cuarto rodeado de los libros de una vida, el escritor nos recibe en su casa para hablar de su última obra y de la poesía en general. Anoche tuve el mismo sueño:/ tú y yo nos besábamos son los dos primeros versos de un inquietante y doloroso poemario de gran belleza en el que el autor recorre con gran originalidad lugares comunes de la mejor poesía.
¿Cómo surge Dónde estabas el día del fin del mundo?
De una crisis sentimental y de la necesidad de intentar olvidar un sentimiento amoroso muy duradero; enriquecedor en la amistad pero a veces frustrante en lo relacionado con el deseo.
¿En su trayectoria poética hay un antes y un después de este poemario?
No; el libro se inscribe dentro de una trilogía que comienza con Brillante –aún inédito aunque hay poemas publicados en revistas y en la antología Sentados o de pie, 9 poetas en su sitio- sigue con Lámparas, publicado en la editorial Tansonville y termina con este Dónde estabas… De todas formas sí hay un antes y un después personal con este libro que nada tiene que ver con la literatura.
¿Cómo lo describiría?
En Dónde estabas el día del fin del mundo se nos muestra la ruina psicológica y el miedo de un personaje, ante la pérdida de un amor, recorriendo territorios existenciales –una casa y una ciudad– que reflejan su conflicto y, a la vez, responden a un mundo en extinción. Partiendo de lugares comunes, se van visualizando, en la primera mitad del poemario, a través de acronológicos recortes de recuerdos, instantes precisos de una historia de amor, a la vez que se insiste en las angustiosas vivencias presentes que envuelven al personaje. En la segunda mitad –a partir del poema XIII– nos vamos adentrando en el terreno de lo abstracto e irracional hasta obtener la total desesperanza y la imposible conquista de la liberación. Por otra parte, el libro supone un necesario y ¿redentor? ajuste de cuentas con un extraño pasado sentimental, rastreando constantemente en el doloroso material autobiográfico.
¿Qué ensueños cultivaré/ sobre los tejados azules/ de la infancia? Son los tres últimos versos del libro. ¿Encierran algún mensaje final?
Sí; un mensaje de recuerdo, otro de un posible adiós y un último de esperanza.
La pregunta más tópica para un escritor es por qué escribe, pero vista su larga trayectoria de poemarios publicados y sabiendo que tiene nuevo libro, la que se impone es: ¿por qué sigue?
Porque con la escritura es posible encontrar los sueños perdidos de los hombres; mis propios sueños. Es un núcleo de resistencia, de salvación personal, de comunicación con la persona -o personas- que me importan.
¿Qué quería ser de pequeño Luis Ángel Lobato?
Escritor.
¿A qué edad empezó a escribir poesía?
A los diecisiete años, cuando comenzó ese sentimiento amoroso que ha perdurado hasta ahora y que es la base de mis ocho poemarios que he escrito hasta el momento.
Y la infancia ya nunca le abandonaría en sus poemas.
No; la infancia es el paraíso perdido que solo se puede recuperar a través de la memoria o de la escritura,
¿Cómo es su relación con otros poetas de su generación?
Soy amigo de muchos poetas de mi generación, la del punk, como me gusta llamarla, y de otros no, porque no los conozco. Mi relación de amistad con ellos está al margen de si son escritores o no.
¿La poesía debe expresarse con un lenguaje común a todos o con uno completamente distinto?
Yo intento hacer como T. S. Eliot: utilizar el lenguaje común y trascenderlo con imágenes insólitas.
¿Qué puedes decir de su propia poética?
Para mí la poesía es ese territorio impalpable donde se realizan o se destruyen los sueños de todos nosotros.
¿Las tres citas con las que se abren su último poemario son en sí mismas una poética?
Por supuesto; sobre todo la de Eliot y la de Leopoldo Mª Panero. Las dos inciden en lo que he dicho anteriormente.
¿Le gustaría que te catalogaran como poeta maldito?
No lo soy. Pero me sería indiferente cómo me catalogasen.
¿Qué poema le hubiera gustado escribir?
Mejor un libro: Ficciones, de Borges.
Y de los suyos, ¿cuál está más contento de haber escrito?
Este último, ya que lo escribí para que me sirviese de liberación sentimental. Aunque… Pero sí; creo es interesante literariamente; brutal desde el punto de vista vital, sentimental.
¿Cuál es la poesía que le interesa como lector?
La que a mi entender es buena: la de Rimbaud, Cernuda, Eliot, Borges…
Si su vida se pareciese a una película, ¿a cuál se parecería?
A Carta de una desconocida, de Max Opüls, cambiando el personaje femenino por uno masculino.
¿Y se pareciese a una canción?
Muchas de Lou Reed o de Leonard Cohen, por citar solo a dos.
Y, claro, ¿si fuera un verso?
“Te mostraré el miedo en un puñado de polvo”, de T. S Eliot.
Dónde estabas el día del fin del mundo es el título del nuevo poemario del poeta vallisoletano Luis Ángel Lobato, un escritor que había publicado Galería de la fiebre (1992), Pabellones de invierno (1997), Regreso al tiempo (2003) y Lámparas (2010 con un tono raro pero muy conseguido entre la poesía de la experiencia y la del silencio. Dónde estabas… inaugura, sin embargo, una nueva línea expresiva pues se entrega a un neorromanticismo (cada vez más presente en la novela y poesía de hoy ) estremecedor y seco además de nada complaciente que poco tiene que ver con ese tardorromanticismo sentimental y teatral que a veces podemos leer en otros autores el cual suena trasnochado y decimonónico. Lobato, por contra, es hijo de su siglo y se muestra seco y despiadado consigo mismo; escribe como si llevara una pistola en la otra mano; asesina su pasado (no su objeto del amor) y su futuro; ajusta cuentas con el amor, ese traidor, mientras escupe este puñado de versos sin uno solo de desperdicio. Publicado por la editorial Cálamo, he aquí un libro de poemas narrativos impresionante y originalísimo.
José Luis Gracia Mosteo – Madrid