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Con los últimos villancicos llegan las primeras marchas de Semana Santa. Así es Rioseco, así es el intenso trabajo que realiza la Banda Municipal de Música, que una vez clausurada la Navidad comienzan a ensayar las piezas que luego interpretarán en las procesiones de la Pasión riosecana.
Y si enero es el pistoletazo de salida, el punto de inflexión es el festival de bandas que bajo el título de Pasión Riosecana, celebra cada año la Banda Municipal. En esta ocasión fue el pasado domingo en un abarrotado Teatro Principal, y con la compañía de la “banda amiga», de Villamuriel de Cerrato (Palencia).
Así lo explicó el director de la Banda riosecana, José Luis Rodríguez Ortuno, quien destacó “el cariño, la ilusión y el trabajo” con el que se ha preparado el certamen, quien ha recuperado su “esencia original”, con marchas “muy reconocidas y reconocibles”. En la primera parte del concierto, la banda palentina de Villamuriel de Cerrato, dirigida por Dativo López Menseses, interpretó Macarena, Mecktub, Jerusalén, Marcha Fúnebre de Thalberg y Caridad del Guadalquivir.
Por su parte, los riosecanos dieron vida a Hermanos Costaleros, Getsemani, Nuestro Padre Jesús, La Madrugá, Mater Mea y Hossana in excelsis. El momento más impactante fue cuando los cerca de setenta músicos de ambas agrupaciones cerraron el certamen tocando La Saeta y La Lágrima con tanta intensidad que hicieron levantar al público de sus asientos.
Próxima estación en el tren semansantero de la Banda Municipal: Pregón de la Semana Santa, el 19 de marzo.