Rioseco finalizó hoy por la mañana su Semana Santa con la celebración de la procesión del Santo Encuentro en la que participaron los pasos de Cristo Resucitado, popularmente llamado El Bailarín por su pequeño tamaño, y la Virgen de la Alegría. Cientos de personas siguieron el recorrido de los pasos con el acompañamiento de la Banda de Cornetas y Tambores Cristo de la Clemencia y de la Banda Municipal de Música.
Los hermanos de la cofradía de la Resurrección, vistiendo sus capas blancas, fueron acompañados por las varas y banderines de todas las cofradías hasta el Ayuntamiento donde recogieron a las autoridades para dirigirse a la iglesia de Santa María desde donde partió el Cristo Resucitado que se encontraría con la Virgen de la Alegría en el atrio de la iglesia de Santa Cruz, donde cientos de personas esperaban el emotivo momento. Fue entonces cuando a la talla de la Virgen, que había salido del interior de la iglesia, se la retiró el velo y la capa de luto para mostrar toda la belleza de esta talla del siglo XVII. Los dos pasos siguieron juntos en procesión hasta la Plaza Mayor para regresar a la iglesia de Santa María, en la que se celebraría la misa
Aunque la cofradía de la Resurrección se volvió a refundar hace unos años, fue una de las cofradías que ya existió en el siglo XVI y de hecho en 1593 ganó indulgencias y privilegios otorgados por el Papa Clemente VII quedando agregada a la archicofradía de la Resurrección de Cristo establecida en la basílica romana de San Juan de Letrán, según lo recogen Ramón Pérez y Virginia Asensio en su estudio sobre la Semana Santa de Medina de Rioseco.
Un año más, Rioseco vivió su semana más grande que este año ha estado presidida por la constante presencia de la lluvia que deslució procesiones como las del Martes, Miércoles y Viernes Santo, y que hizo suspender la del Jueves Santo que después de cientos de años iba a volver a salir de la iglesia conventual, hoy Museo, de San Francisco. Sin embargo, fueron miles los visitantes que no se quisieron perder la emoción de ver sacar los pasos a la calle en una tradición centenaria, auténtica y única.
Ya las túnicas, medallas, faroles y horquillas esperan en los armarios con impaciencia a que en Rioseco sea, un año más, Semana Santa.
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