Cada riosecano encierra bonitas y emotivas historias entorno a la Semana Santa. La de la pequeña Miriam Fernández Lavín es también llamativa. Era su primera Pasión como cofrade y lo hizo de manera doble. Su padre, Luis Fernández Villa, desfiló orgulloso en la recogida de gremios con su hija, vestida con la morada túnica de Nazareno. Antes, la pequeña cambió el morado por el negro, de la túnica de paño castellano de la hermandad de Jesús Atado a la Columna, de la cual su abuelo Casimiro, es cofrade igual que ella. Una historia emotiva, inmortalizada en estas fotografías, junto a su familia, y a sus orgullosos padre y abuelo.