Cerca de una treintena de andarines se dieron cita este sábado para participar en la tradicional Marcha a Pie de Manos Unidas, que tuvo que suspenderse la semana pasada por la lluvia. La coincidencia en sábado por la mañana, hizo que muchos de los apuntados no pudieran asistir. “los niños tenían deporte y algunas personas trabajaban”, decía Juan Carlos Fraile, párroco de Santa María.
Los andarines completaron 16 kilómetros en una marcha que transcurrió hasta la ermita de Catsilviejo, pasando por la vecina localidad de Villaesper. Al menos el buen tiempo, que el pasado uno de mayo brilló por ausencia, acompañó a los participantes de esta popular marcha que ya cuenta con numerosas ediciones.
Todo lo que se recaude, además de los ingresos del bocadillo solidario, de diferentes donativos y colectas, además de la cena solidaria prevista para octubre, se remitirá a un proyecto para la construcción de un comedor social para mujeres en una región de la India.