La lluvia fue clemente con los cofrades riosecanos y permitió que en la mañana de este sábado se pudieran trasladar los pasas sin problema alguno. Después del fallido Vía Crucis en los que los conjuntos escultóricos deberían haber participado el pasado martes y tendrían que haber acabado en sus iglesias, hoy el traslado sí ha sido posible.
Al filo de las 11 de la mañana se abrían las puertas de la iglesia de Santa Cruz, sede del museo de Semana Santa, y las primeras tallas comenzaban a desfilar en hombros de los cofrades. Es el momento para que los más jóvenes o los cofrades en la reserva también puedan arrimar el hombro y sentir el peso del madero; unos experimentando lo que se les avecinará en el futuro y otros para saborear el recuerdo de Pasiones ya pasadas.
Cada paso a su iglesia. Los del Jueves Santo a Santiago; los del Viernes a Santa María. Excepto el paso de Jesús Atado a la Columna que, aún desfilando en la primera de las grandes procesiones, se quedó en el templo de Santa María para presidir el pregón que esta tarde pronunciará Javier Burrieza. Después, reencuentro con muchos cofrades que ya han llegado a Rioseco y vermú para comentar cómo se presenta la Semana Santa. Eso sí, todo sin dejar de mirar al cielo que aparece muy negro para estos próximos días.