Un año más, miles de riosecanos visitaron, ayer, primer día del mes de noviembre, el cementerio municipal con motivo de la celebración del Día de Todos los Santos. Como es tradicional, a media mañana la corporación local con su alcalde a la cabeza, Artemio Domínguez, se acercó hasta el camposanto para asistir al tradicional acto de depositar una corona de flores en la cruz de piedra del paseo central. El párroco de la localidad, Juan Carlos Fraile, llevó a cabo un responso en recuerdo y homenaje de todos lo difuntos que descansan en el cementerio riosecano. Un acto en la que el párroco participó por primera vez desde su llegada a Rioseco al igual que la nueva corporación tras las elecciones del mes de mayo.
El actual Cementerio municipal de Medina de Rioseco se inauguró el 15 de abril de 1849 cuando tuvo que ser trasladado el anterior por estar situado en los terrenos donde se iba a construir la dársena del Canal de Castilla. La ampliación del cementerio, situado en la parte posterior del actual camposanto, comenzó hace varios años, concretamente en la primera legislatura del actual alcalde, cuando se adquirió el terreno de casi una hectárea. En una segunda fase se acometió el cercamiento y por último, se llevó a cabo las obras de nivelación del terreno y la construcción de los nichos y de los panteones, éstos con profundidad para tres sepulturas, cada uno. La obra tuvo una inversión total de 263.000 euros que fue financiada con los Planes Provinciales de Cooperación de la Diputación de Valladolid (70 por ciento) y el propio Ayuntamiento de Medina de Rioseco (30 por ciento). La ampliación ya tiene desde hace semanas su primer enterramiento.
El Día de Todos Los Santos es una tradición católica instituida en honor de Todos los Santos, conocidos y desconocidos, según el papa Urbano IV, para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles. Hoy, 2 de noviembre, se celebra el Día de Muertos o Día de Difuntos.