Vamos a comenzar aclarando que Manuel Francisco Galbán Bujidos, que es el propietario de esta bella ejecutoria de hidalguía no guarda relación familiar con los riosecanos del mismo nombre, ya esté escrito con “v” o con “b”. A pesar de la coincidencia en el apellido y en el lugar del nacimiento, Medina de Rioseco, no existe entre ellos ninguna conexión. El linaje de Manuel Galbán procedía de la localidad zamorana de Castroverde de Campos, desde allí había inmigrado su padre a fines del XVII, mientras que los Galbanes locales, ya residían en nuestra ciudad desde los inicios del 1.600, fecha en la que habían salido de Villafrechós.
Manuel Galbán Bujidos, había nacido en septiembre de 1719 en Medina de Rioseco y fue bautizado en Santa María el 16 del mismo mes. Era hijo de Manuel Galbán Alonso e Isabel Bujidos, natural él de Castroverde, aunque casado en Rioseco en 1697. Llegó a ser Alcalde Ordinario de nuestra ciudad en 1784. Fue asimismo Procurador electo de la misma en 1764, dos años más tarde Diputado del Común y en 1774, Procurador Síndico Personero. Más tarde fue elegido por segunda vez Personero y en 1795 Alcalde Ordinario más antiguo “cuyos empleos desempeñó con la mayor actividad, celo y desinterés y con beneficio notorio de aquel vecindario”, según se afirma en dicho volumen.
En 1796 recibió la confirmación de hidalguía y el reconocimiento del rey Carlos IV como “noble hidalgo notorio”, título que se extendía a su mujer, la riosecana Teresa Miranda Martín, y sus hijos. A la vez se le reconocían las armas que podría usar él y sus herederos y que quedan reflejadas dentro de este hermoso libro. En él se hace un recorrido por su genealogía y por la historia (un tanto fantasiosa, falseada y magnificada) de los apellidos del matrimonio, todo ello adornado con curiosas ilustraciones miniadas. El libro se guarda hoy en la Biblioteca Histórica Municipal de Madrid.