La gimnasia rítmica riosecana vuelve a ser protagonista en la ciudad después de unas breves vacaciones para reponer energías. El polideportivo municipal de Medina de Rioseco es el escenario desde este lunes del Campus de Gimnasia Rítmica con un total de 46 alumnas de entre tres y trece años, organizado por la Escuela de esta disciplina en la localidad, en colaboración con el Ayuntamiento. “Somos cuatro monitoras y hemos dividido a las niñas en cuatro grupos teniendo en cuenta su nivel y la edad”, asegura Virginia Benavides, promotora del campus y directora de la Escuela Municipal de Gimnasia Rítmica.
Música, lazos, sombreros, mayas, definición, precisión y diversión han reinado en las instalaciones deportivas riosecanas. Y la alegría y las ganas de aprender disfrutando del deporte que más les gusta en las caras tanto de las niñas que empezaban en este mundo, como de las que ya son unas expertas. Lidia Ortego Nieto tiene tan solo diez años, pero se puede decir que es una promesa de la gimnasia rítmica en la localidad, practica este deporte desde que tenía tan solo cuatro años y confiesa que se lo ha pasado «genial disfrutando» de lo que más le gusta «rodeada de amigas». Además Lidia ha podido perfeccionar ciertos detalles. “He aprendido muchas cosas, nos han enseñado ballet y eso me ha permitido trabajar más los empeines”, asegura.
Durante los cinco días que dura este campus las pequeñas y mayores gimnastas han disfrutado de la variedad de actividades que se han desarrollado. Desde gimnasia deportiva, entrenamientos físicos y con aparatos, coreografías, estiramientos, técnicas de relajación y aerobic hasta acrobacias, con diferentes ejercicios para perfeccionar saltos y giros así como el equilibrio y la flexibilidad. Además este año han incluido una actividad que combina a la perfección la diversion y el aprendizaje. «Les hemos puesto vídeos tanto de las niñas de la escuela de Rioseco como de gimnastas profesionales”, asegura Virgina. Las niñas han contado con los conocimientos y experiencias de cuatro monitoras que adaptan el desarrollo de todas estas actividades a las necesidades y conocimientos de cada niña. “A las que no han hecho gimnasia nunca les enseñamos la base y las que llevan todo el curso haciendo pues perfeccionan un poco y hacen algún aparato nuevo”, explica Benavides.
Este campus es una buena alternativa para que las amantes de esta rigurosa y sacrificada disciplina puedan disfrutar de la gimnasia rítmica de una manera más pausada, en un ambiente más relajado, sin el ajetreo y la presión que caracterizan el año ordinario con entrenamientos y competiciones, así como para aquellas que solo practican esta disciplina como un hobby de la época estival. Este es el caso de Lucía Rodríguez de siete años. Lucía ha participado en las dos ediciones de este campus que se han celebrado en la ciudad de los Almirantes, pero tal y como reconoce “no lo practico durante el año”.
Pero no solo las niñas han disfrutado, las monitoras también. Sheila Nieto fue gimnasta de Virginia y ahora ha pasado a ser monitora. Lleva una vida dedicada a la gimnasia rítmica y asegura que es una experiencia única enseñar a las jóvenes promesas. “Enseñando también aprendes, de otra forma pero nunca dejas de aprender”, asegura.
El balance de Virginia Benavides es muy positivo. “El número de niñas ha cumplido mis expectativas, hemos incluso superado el número del año pasado”, señala. Las niñas están encantadas, todas coincidían en que “han aprendido muchas cosas y han conocido a mucha gente nueva”, que al fin y al cabo es de lo que se trataba. Con estas valoraciones Virginia se muestra positiva y “con ganas de repetir el año que viene”.
Exhibición este viernes para cerrar el campamento
El colofón a estos cinco días de esfuerzo y tesón, pero con grandes dosis de diversión y amistad será este viernes sobre la una y cuarto. Se trata de una exhibición que todas las niñas han preparado junto a sus monitoras con muchas ganas e ilusión. “Realizaremos una pequeña muestra de lo que han aprendido durante estos días”, concluye Virginia.