Inmóviles desde hace años, algunos de los chopos que han visto transitar a miles de personas bajo sus ramas por el Canal de Castilla, en la tarde de ayer, fueron derrumbados por la lluvia y el viento en pocos segundos.
Estos árboles centenarios han sucumbido a la fuerza de la tempestad, parece increíble, pero en la vida, como en la naturaleza, todo cambia en un instante.