La cuarta Feria del Caballo Ciudad de los Almirantes finalizó con un balance mucho más que positivo, según aseguró el presidente del Club de Caballistas Riosecanos Hermanos Peralta, José Antonio Perrote, organizadores del evento. Miles de personas se han acercado este fin de semana por el recinto ferial ubicado en el inmejorable marco de la dársena del Canal de Castilla para disfrutar de un ambiente típicamente andaluz, con exhibiciones ecuestres, rebujito y actuaciones flamencas.
Perrote al término del domingo decía que la Feria “ha tenido mucha cantidad y calidad de visitantes, caballistas y actuaciones”. Destacaba también la ausencia absoluta de ningún tipo de incidente y el buen comportamiento de todos los jinetes que han respetado las instalaciones y, por supuesto, a todos los visitantes. Perrote, visiblemente emocionado cuando el grupo de jóvenes encargados de todas las exhibiciones ecuestres le sacó al centro de la pista para que fuera ovacionado y recibir una calurosa felicitación en el día de su cumpleaños, agradeció el gesto. El tesorero del club Salva Fernández, inseparable del presidente, también compartió el aplauso y el reconocimiento de todos los presentes.
La última jornada de la feria, la más calurosa y transitada, comenzó al mediodía con una misa rociera celebrada por el sacerdote riosecano Eugenio Jesús Oterino y amenizada por el grupo Flor de Romero. Decenas de personas decidieron de participar en uno de los actos emotivos de la feria. Las sevillanas del grupo Duende animaron el vermú, que se sirvió bien frío con sabor a rebujito.
Por la tarde, la yeguada Los Alcores –propiedad de Isabel Aguilar- abrió las exhibiciones ecuestres. Dos espectaculares cobras de tres y cuatro yeguas idénticas asombraron al mucho público que abarrotaba la pista central del recinto ferial. Más tarde comenzaron los espectáculos creados por el grupo de baile del club caballista Riosecano Hermanos Peralta, en los que participaron casi una trentena de jóvenes aficionados al mundo ecuestre. La recreación del Camino del Rocío; doma de alta escuela a cargo de Maxi Atienza, bailes de flamencas y caballos concluyeron con el homenaje al centenario del Hundimiento del Titanic y al espectáculo de garrochistas y fuego que puso fin a la feria.
Antes la sevillana María Gracia, con su gracejo y su buena copla, conquistó al público que abarrotó la carpa del recinto. Y el club de Caballistas Riosecanos celebró el sorteo de varios regalos como una cabezada, minicadena y televisor. No obstante, una de las estrellas de esta gran rifa, un precioso potrillo, aún busca a su afortunado. Desde la organización comunican que la persona que presente antes de un mes la papeleta con el número 262 se llevará este gran regalo y no podrá olvidar esta cuarta feria del caballo.