La desveda de la codorniz ofreció nuevamente resultados muy dispares y casi para todas las opiniones, por lo que después de tan solo la primera jornada resulta complicado evaluar como buena o mala temporada, ya que dependerá mucho de a quién se le pregunte sobre el día de estreno y la posterior evolución de la campaña.
Este miércoles los escenarios han sido más similares a años precedentes, donde de nuevo han vuelto a aparecer demasiados campos de cereal con la paja ya recogida y solares arrasados. La jornada del miércoles amaneció un poco fresca debido a que sobre las seis de la mañana había llovido y una temperatura cercana a catorce grados, lo que a priori permitía el trabajo de los perros aunque eso sí, sobre un suelo húmedo.
Las primeras detonaciones se empezaban a oír sobre las siete y veinte de la mañana, pero los disparos cada vez serían más espaciados en el tiempo, a pesar de las muchas escopetas y más perros recorriendo los cotos. Algo impensable para el día de la apertura, en el que presumiblemente es el día que más codorniz se pueden encontrar. Una media de capturas de dos hasta media docena, solo para los cazadores y perros en mejor forma, dejaban el primer día de veda con algún bolo y un mal sabor de boca después de tanta ilusión, una escena que se repetiría en muchos de los cotos de la provincia.
Los cazadores, después de revisar secarrales o las contadas hileras de paja volvieron su mirada hacia las zonas de perdidos, hierbas o zonas húmedas, como las cercanías a regadíos donde mayormente quedaban la codorniz adulta. A ver cómo transcurre los próximos días para ir sabiendo cómo va esta media veda y por dónde asoman las codornices.