La antigua calle de La Posada, hoy Ángel Peralta


Teresa Casquete. Historiadora del Arte

Medina de Rioseco conserva en su plano urbano, el trazado de la ciudad comercial que fue. Con una calle principal que la recorre de norte a sur, la Rúa, y en cuyos extremos estaban situadas dos de las principales puertas de la ciudad.

En la parte sur, se levantaba la Puerta de San Francisco, de la que existieron unos exiguos restos hasta los años 80 en que se intentó restaurar la esquina del muro del convento de San Francisco, dándole por remate, unas lápidas mortuorias arrancadas del suelo de Santa Cruz, y tapando con ello el arranque de una bóveda que aún se observaba en el lugar.

De esta misma puerta partía una calle que hoy se conoce como de Ángel Peralta, nombre que vino a sustituir el que se mantuvo al menos durante 400 años, la Calle de la Posada.

Tal denominación se le dio por estar situada muy cerca de la puerta, una posada, que hoy aún se conserva en su integridad y es la primera vivienda que se aprecia a la derecha de la foto. En ella se hospedaron durante siglos personajes de toda condición. Desde el escritor León Felipe, que en su juventud estaba enamorado de la hija de los propietarios, hasta el joven Don Juan de Austria. Según la novela Jeromín, escrita por el padre Luis Coloma, el hijo natural de Carlos V, hizo noche en este mismo lugar en el verano de 1554, cuando se dirigía a Villagarcía de Campos, en cuyo castillo viviría su infancia bajo la tutela de don Luis de Quijada.

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