El poeta riosecano Luis Alonso presentó su último libro Joyas robadas, editado por Amargord, en el Casino de Medina de Rioseco. Un libro que como el mismo autor explicó es de “memorias”. “Un libro de viajes el cine, a la narrativa, a la poesía, a la publicidad, a las canciones, en definitiva un viaje interior”. Junto al escritor se dieron cita, el alcalde de Rioseco, David Esteban, quien reconoció que Joyas Robadas se trata de un “libro adictivo”. “Cuando empiezas a leer ya no puedes parar”. Chema de la Quintana, el editor, dice que el último trabajo de Luis Alonso es “un caleidoscopio de un año”. “Son 365 párrafos o crónicas que se leen como se ve una película”. Por último, Carmen Agúndez, la esposa del autor, fue la encargada de presentar Joyas Robadas. «Hablar de este libro es hablar de Luis, es un libro de memorias que nos desvela los gustos, los misterios y las pasiones del autor, que también se convertirán en las del lector”. La Voz de Rioseco ha conversado con Luis Alonso:
PREGUNTA: ¿Por qué Joyas robadas?
RESPUESTA: El título es anterior al libro. Yo tengo la superstición que si hay título hay libro. La idea ya existía, quería hacer un recorrido por parte de aquellas citas, recuerdos de poesías, de novelas de frases de películas, de canciones, de grafittis….Todas esas frases que se me fueron quedando y que por algún motivo llamaron mi atención. Las fui anotando, bien en la memoria o bien en libretas. Quería tener ese material por si algún día podría darlo forma. Esa recogida de datos es muy antigua; la idea vino después y la escritura mucho más tarde. Son joyas y no son mías, de ahí lo de robadas.
P: ¿Qué número hace Joyas robadas en su bibliografía?
R: Este es el quinto libro publicado, después de Mientras canta Billie Holiday que vio la luz en 2015. Aunque tengo algunas cosas más que no han visto la luz. Tengo un libro de poesía desde hace bastante tiempo un poco aparcado, aunque muy avanzado, y ahora estoy trabajando en una cosa rara, sin título, y que es un juego de correspondencias entre lo que venía en unos periódicos con los que envolví los objetos de mi casa cuando vinieron los pintores. Cuando fui a sacar todos esos objetos del envoltorio de papel de periódico para devolverlos a sus lugares comencé a darme cuenta que lo que envolvía tenía una correspondencia con lo envuelto; hay una secreta relación entre el envoltorio con lo que azarosamente envolvía. Me di cuenta que había algo y por eso comencé a escribir un libro que ya está muy avanzado.
P: ¿Y sigue habiendo tiempo para su blog?
R: Ideas hay muchas, pero nunca me aparto de mi blog en el que publico todos los viernes desde hace años: las confesiones de un mirón.
P: Precisamente en ese blog decía que si fuera más infeliz sería mejor poeta…
R: Es una broma, aunque relativa porque siempre se tiene la idea de que del dolor y del tormento se agudiza el ingenio y se escribe mejor poesía. No tiene por qué ser necesariamente así; pero es cierto que cuando estás a gusto y feliz te relajas más y trabajas menos.
P: Tu mujer Carmén Agúndez ha sido la elegida para presentar Joyas robadas en Rioseco ¿es muy crítica con el autor?
R: Mi mujer es profesora de literatura y es la que mejor conoce esta obra y sabe cómo fue el proceso de creación y toda la evolución de la obra y conoce al autor, claro; ese es el motivo de que ella sea la que presente el libro.
P: Un libro que ve la luz en un lugar como el salón de baile del Casino que ha sido importante en la vida de Luis Alonso
R: Aquí en este salón tuve mis primeros bailes de posadolescente; el primer traje que estrené fue para venir al baile del Casino en Nochevieja. Para mí este lugar está cargado de significados, de reminiscencias, de recuerdos, de rostros… Hay que recordar que yo pertenezco a la cofradía de La Soledad y aquí nos vestíamos para sacar el paso en Viernes Santo en esos recordados refrescos. Es un lugar emblemático.