Ventura García Escobar (Medina de Rioseco Valladolid. 16 de diciembre de 1817. Medina de Rioseco Valladolid. 6 de noviembre de 1859). Escritor y político. Es interesante reseñar dos obras muy interesantes sobre la figura y la obra de García Escobar. La monografía que le dedicó el profesor Pedro Ojeda Escudero y la reedición reciente en el 2009 del Semanario Pintoresco Español por parte de Ramón Pérez de Castro y Fernando Regueras Grande.
Nació el escritor en la casa solariega perteneciente a la familia en la entonces llamada calle del Malcocinado y que desde finales del siglo XIX lleva su nombre. De la casa solo se conserva en la actualidad la gran fachada de piedra, siendo el resto un solar vacío. Era el hijo primogénito del matrimonio compuesto por Antonino García González y Raimundo Escobar García.
Una de sus hermanas Joaquina María de Castilviejo estuvo gravemente enferma y en agradecimiento a la Virgen y a su intercesión donó un cuadro como exvoto que se encuentra en la iglesia, en el camarín de la Virgen lado derecho de la entrada con la siguiente leyenda: “Doña Juaquina (sic) María de Castilviejo García y Fonseca hija del Sr Antonino y de Doña Raimunda Escobar, vecinos de Rioseco hallándose peligrosamente enferma de una fiebre cefálica. Año de 1855”.
Durante los primeros años recibió la instrucción primaria en su localidad natal, estudios de gramática y de filosofía en el convento de San Francisco e ingresa como cadete y posteriormente como subteniente en el Regimiento Provincial de León, aunque parece ser que no era muy profunda su afición a las armas y al ejército.
En diciembre de 1831 comienza sus estudios superiores en la Universidad de Valladolid donde se doctorará en 1840. Es en esos años donde desarrollará un gran interés por la poesía, el teatro y las Bellas Artes, que cultivará toda su vida como aficionado. También se verá fascinado por los grandes monumentos de su ciudad natal de los que escribirá y que dibujará con posterioridad en sus colaboraciones en El Semanario Pintoresco.
Compañero en el estudio de leyes del insigne José Zorrilla, tendrá al autor de Don Juan Tenorio como un modelo literario a imitar y seguir en su vocación literaria. De su manera de ser y carácter nos podemos basar en su obra literaria e ideario político: hombre romántico, apasionado, un tanto ácido, riguroso y culto.
Algunos convecinos hablan de él como un ser huraño y misántropo, pero otros le juzgan más benévolamente como persona afable y generosa en el trato. Lo que sí parece evidente es su espíritu contestatario e independiente lo que le granjearía grandes enfrentamientos con sus oponentes políticos.
Ya doctor en leyes, se establece en Rioseco como abogado y también como manera de gestionar los negocios familiares y para iniciar una anhelada carrera y vocación política. Estalla la revolución liberal y los progresistas llegan a controlar la ciudad nombrando con urgencia un nuevo gobierno municipal, siendo Ventura vocal secretario de la Junta Provisional de gobierno.
En los años que permanece en el poder municipal (1841-1843) la situación de la hacienda local es desastrosa y complicada la situación económica lo que obligará a vender muchos de los bienes municipales. Merece destacarse que siendo su padre Antonino alcalde de la localidad y García Escobar síndico (una especie de concejal de Hacienda) concluyen las obras del ramal de Campos del Canal de Castilla en noviembre de 1849.
Ventura participa también en esos años en la creación de un monte de piedad y banco agrícola en la restauración de la Sociedad Económica de Amigos del País y en la redacción del Diccionario-Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar de Pascual Madoz. En las elecciones de marzo de 1841 obtiene un importante respaldo político, pero son mayoritarias las candidaturas de la oposición. La caída del gobierno progresista de Espartero da lugar a la llegada de los moderados al gobierno de la nación y termina por el momento el papel importante en el gobierno local de García Escobar.
Tras pasar por la política municipal de un modo momentáneo pues nunca dejará de interesarse por los destinos del gobierno del Ayuntamiento, será cuando se dedique a su faceta literaria desde su Rioseco natal y Valladolid a la capital del reino-Madrid-. Son pocos años, pero muy intensos en creación y en fecundidad literaria, teatro: Juana de Castilla, La Copa y el puñal, Engaños por desengaño… Colaboraciones en prensa: La ilustración, La Luneta, Semanario Pintoresco Español. Diccionario de Madoz… Es en este momento cuando sale a la luz su vocación más creativa en detrimento de su quehacer laboral como abogado. A ello contribuye el estreno de algunas de sus obras teatrales y la repercusión que tienen en los cenáculos artísticos y críticos de Madrid.
La vuelta a su Rioseco natal es la vuelta a la lucha política. En mayo de 1851 se elegía un diputado a Cortes por el distrito de Rioseco. Se presenta por su querido partido progresista y tiene como oponente a un antiguo compañero de estudios Ángel Juan Álvarez (biografía escrita por Teresa Casquete en La Voz de Rioseco) que se presenta por los moderados.
El resultado es un demoledor triunfo de Álvarez (526 votos contra 16), que García Escobar no se toma demasiado bien, protestando las supuestas irregularidades en la votación que no van a ser admitidas. En 1852 se volverá a presentar con parecidos resultados. Tendrá que esperar a la subida al poder de O´Donnell y Espartero en el llamado bienio progresista (1854-1856) para lograr su objetivo: Teniente de alcalde del Ayuntamiento y diputado de Rioseco por su partido.
Es en estos momentos cuando el mantenimiento de la milicia local símbolo del poder y del statu quo provoca un quebranto en las finanzas de la ciudad que se ve obligada a vender bienes comunales y serán los llamados motines del pan los que van a precipitar la caída definitiva del Bienio Progresista y de las ambiciosas reformas iniciadas en estos momentos y también de la salida de García Escobar del Ayuntamiento de la localidad.
La visita de la reina Isabel II a Medina de Rioseco en el verano de 1858 va a permitir al poeta hacerle entrega de una Oda dedicada a su majestad que le corresponderá con el regalo de unos botones de brillantes. A comienzos del año 1859 vuelve al Ayuntamiento como teniente de alcalde y publica Los Comuneros y El Cid, dos de sus obras más anheladas y el libro de poemas La Iberia.
En abril se encuentra enfermo pero sigue cumpliendo su cometido en el Ayuntamiento, un mes antes había fallecido su madre lo que supuso un duro golpe anímico para él. Unos meses más tarde no logra recuperarse de lo que parece ser un enfriamiento que deriva en pulmonía y fallece en Noviembre.
En resumen, su obra se puede encuadrar dentro de un modelo del conocido como renacimiento Romántico literario, histórico y tradicional alejado de un Romanticismo literario más progresista y abiertamente literario que era lo que imperaba en otros países europeos y en otros autores (Bryron, Shelley, Schlegel, Heine, Goethe, Kleist…) Aunque su ideario político fuera siempre liberal y progresista pero de un marcado carácter nacional más conservador que el que en esos momentos existía en el extranjero.