Las fotografías elegidas por Marisa Álvarez para esta exposición resumen su trabajo creativo de los últimos dieciséis años. Periodo de tiempo significativo porque en él, quedan perfectamente diseccionadas las etapas por las que atraviesa su obra hasta el día de hoy.
En la primera de ellas (Aprox. 1995-2000), sus obras se detienen en captar “realidades acotadas”, es decir, fragmentos de lo real, que por el plano elegido, quieren descontextualizar el mundo físico y ofrecer un juego de realidades con elementos plásticos como la línea, el plano de color y la textura. Algunos ejemplos de esta etapa son las obras tituladas: Rastrillada, Trama, Redes, Volúmenes, etc.
La siguiente etapa (Aprox. 2000- 2008) rompe casi al completo con la primera, es la incursión de la obra de Marisa en la abstracción. En estas obras: Abstracción I, II, III, Serie Sin Título, Latidos, Colores y Formas, Luz Blanca, Sombra y Luz… cambia su escenario de trabajo, ya no es el paisaje, el exterior, sino su estudio, su casa, su laboratorio de composiciones. Diversos son los materiales con los que investiga y trabaja en esta época, pero quiero destacar que son materiales próximos, cotidianos, domésticos, que diferentemente iluminados y con diversos tratamientos de enfoque, nos ofrecen bellas composiciones abstractas, equilibradas en forma y cromatismo. Recuerdo una de mis muchas visitas a su casa, donde me enseñó parte del proceso de una serie fotográfica que estaba creando en el frigorífico, a base de hielo y lazos. A esto se une otros procesos con otros elementos que el observador podrá intuir en estas obras. De esta forma, Marisa rinde homenaje a lo próximo, a lo que usamos diariamente, como un clip, unos negativos, piezas de verdura, plásticos, etc., que en palabras de Weston le sirven para crear un mundo infinito de “composiciones” perfectas. Los colores elegidos para estos trabajos son puros, primarios, muy potentes, con mucha luz. En mi opinión, es una característica de su personalidad que aparece exportada a sus fotografías.
En los trabajos de los últimos años, su trabajo parece escoger parte de las experiencias más interesantes de las dos etapas anteriores. El método de análisis e investigación sigue siendo el de la segunda etapa, pero ahora, realismo y abstracción se funden buscando cadenas de significantes en los diferentes elementos utilizados. Atención merece la influencia de su tesis doctoral en ciertas obras donde la inclusión de textos medievales, restos arqueológicos, etc., se suman a unas obras cargadas de códigos dispuestos para ser explorados por el observador.
Quiero mencionar que en estos trabajos, no se ha utilizado el retoque fotográfico digital, sino es el resultado de un trabajo casi artesanal, manufacturado. Al día de hoy, Marisa Álvarez sigue trabajando con su cámara fotográfica de negativos.
El alcalde de la localidad inaugura la muestra
La exposición fotográfica de Marisa Álvarez podrá ser visitada hasta el próximo 21 de agosto en el patio del Hotel Vittoria Colonna. Esta mañana el alcalde de Medina de Rioseco, Artemio Domínguez, ha inaugurado la muestra asegurando que es un «lujo» contar en Rioseco con esta magnífica fotógrafa. Junto al primer edil, han asistido la primera teniente de alcalde, María San José, y el concejal de Cultura, David Esteban. El artista riosecano Manuel Ezía, que ha facilitado a la gerencia del hotel esta exposición ha explicado la importancia del color en la obra de Marisa Álvarez, que es «intrínseca a su propia personalidad». Almudena Manrique, directora del hotel, recordó el compromiso de este alojamiento hotelero con la cultura; mientras que la propia artista aseguró sentirse «orgullosa» después de mucho tiempo sin exponer y desveló que su primera muestra fue, precisamente, en Rioseco de la mano de Manuel Ezía, junto a Ángel Martín y Diego Canogar.