El trotamundos belga

Su casa, una mochila; su patria, el mundo. Es Dirk Willekens, el trotamundos belga que este martes llegaba a la localidad de Medina de Rioseco. Desde hace más de cinco meses recorre Europa, desde su ciudad natal de Roeselare (Bélgica). Ha recorrido gran parte de Francia y de España y ahora se dirige a Portugal. Su intención más adelante es dar el salto a Marruecos, cruzar el Sahara, para adentrarse en Mauritania, Somalia y cruzar todo el continente negro.

Su medio de transporte son sus piernas, aunque a veces toma algún tipo de vehículo, normalmente haciendo «autostop», explica en un somero castellano, que apoya con numerosos gestos. Viaja con lo justo y con un pequeño mapa. Dice que ha hecho noche en Peñaflor de Hornija y este martes en el convento de Santa Clara, en su hospedería.

Para dormir no necesita más que un saco y un techo, aunque a veces lo hace al raso. En su caminar por pueblos y ciudades, hay gente que lo ayuda con un bocadillo. Tampoco duda en trabajar si fuera necesario. “Soy limpiacristales, pero puedo trabajar de albañil, en un hotel, en un restaurante o en lo que salga”, se hace entender.

Confiesa que le ha gustado Rioseco, en especial su Canal de Castilla y este miércoles dirige su rumbo hasta la localidad amurallada de Urueña. ¿Por qué en constante peregrinaje? “Por aventura”, única y exclusivamente. Tiene un hijo de 16 años y este ciudadano belga de 53 años no es la primera vez que se echa al mundo. Ha recorrido gran parte de Estados Unidos, Canada, Sudamérica, Líbano, Israel, Italia y Eslovenia, entre otros lugares.

Con su peculiar barba, que define su personalidad de aventurero y descubridor del mundo, Dirk se va satisfecho con la acogida en Medina de Rioseco. No promete volver porque el mundo es muy grande, pero “quién sabe”, apostilla. Es Dirk Willekens, el trotamundos belga.